II. Golpear

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Jin hizo un puchero mientras pateaba una piedra y la veía revotar por el suelo. Su abuela la había estado molestando durante días desde que la anciana le comentó sobre como ella sería profundamente amada y que tendría muchos hijos por culpa de sus ojos raros y, según ella, que sus lunares/tatuajes eran símbolo de su gran fertilidad al punto en que tendría muchos hijos.

—Jin, cariño, ¿Realmente estás tan en contra de tener hijos? —preguntó la abuela mirando a su nieta con suavidad.

—Yo... no es eso... —Jin hizo un puchero con un rostro conflictivo.

Es desconcertante como su vieja abuela le hablaba sobre tener niños, ¡Cuando ella misma era una niña! Solo tenía cuatro años, casi a punto de cumplir los cinco... no entendía porque su abuela le hablaría sobre matrimonio, hijos y nietos solo para fastidiarla.

Bueno... teniendo en cuenta la época.

Jin suspiró.

La segunda guerra mundial apenas y estaba acabando, la gran cantidad de bajas era extraordinaria, mientras que la natalidad bajó a niveles deplorables principalmente por la incertidumbre de las mujeres de qué harían si sus esposos perecieran en batalla y demás.

Entonces, Konoha ha estado promoviendo programas de maternidad y paternidad, junto con que gran parte de los niños huérfanos de los orfanatos eran lanzados a la academia ninja sin tener tutores reales como para inscribirlos o llevar un conteo de su progreso más que ellos mismos, sin darles la oportunidad de negarse a ser niños soldado.

Su abuela era una persona muy culta, prudente e inteligente, incluso si no era tan longeva como la aldea misma, la mujer sabía mucho más de lo que dejaba ver y, honestamente, Sayuri, al igual que muchos historiadores de su antiguo mundo, se había dado cuenta de un patrón en la historia.

O, en otras palabras, la tendencia a la violencia armamentista de los países cada ciertos años que involucraría "al mundo" o, léase entre líneas, las cinco grandes naciones.

No solo eso, sino que el conjunto de otros factores también mostraba este lado violento del mundo en el que se encontraba.

Primero, la fundación de todas las aldeas no vino sin sacrificios, un pueblo que ha pavimentado sus cimientos en sangre no puede ser tan brillante como lo pintan.

Segundo, la promoción e impulso vigoroso lleno de propagandismo militar que le lavaba el cerebro a los niños para que fuesen soldados y, en el mejor de los casos, carnes de cañón, algo así no era algo que las personas realmente buenas harían y alentarían a sus hijos, nietos, sobrinos y primos a realizar.

Tercero, el método empleado actualmente arraigado en todos los sistemas de cualquier nación ninja es "El fin justifica los medios", lo que, como dijo Madara, ennegrecería el sistema y finalmente lo corrompería, creando grandes sombras que se esparcirían por las aldeas creando disputas.

Cuarto, los Jinchurikis, que son, en busca de palabras más elegantes y suaves, sacrificios humanos por el bien de la aldea. No solo toman a niños indefensos incapaces de negarse y sellan monstruos dentro de ellos, sino que también luego los trataban como monstruos, los marginan y desprecian cuando literalmente, ellos salvan sus vidas teniendo encerrados dentro de sus diminutos cuerpos seres que los odian por quitarles su libertad.

Y así, ella podría continuar durante mucho tiempo.

Sinceramente, el sistema Shinobi tenía DEMASIADAS fallas como para nombrarlas todas.

Siguiendo con la conversación...

—¿Entonces por qué te niegas tanto a la idea de tener hijos? —preguntó suavemente la mujer mayor— Yo tuve tres maravillosos hijos y no hay día en que me arrepienta de haberlos dado a luz, ellos son mis pequeños niños...

—Es solo... no es mi máxima prioridad ahora, ¿Sabes abuela? No estaré "realizada" mágicamente por tener bebés y todas esas cosas que nos inculcan por nuestro género y todo eso... yo solo... quiero pensar qué haré con mi futuro y todo eso... tal vez los tenga cuando sea mayor, ¿Unos veinticinco, veintiocho, tal vez? —su abuela hizo un ruido ahogado de conmoción.

Pero Sayuri-baa-chan no dijo nada, sino que la escuchó atentamente.

—Quiero averiguar quién soy, como vivo, porqué estoy aquí... —Jin miró el suelo y se apretó el corazón—. Quiero aprender muchas cosas, experimentar otras tantas. Quiero ser la dueña de mi vida, quien decida mis propias aventuras, quién camine con seguridad el camino que yo misma creé con mis propias manos...

—Veo... —su abuela cerró los ojos un poco afligida por ella—. Será un camino muy difícil.

—Lo sé —Jin asintió con una pequeña sonrisa.

Su abuela era tan comprensiva... si le hubiera dicho esto a su madre, lo más probable es que ya le hubiera conseguido un prometido para quitarle todas esas "porquerías" de la cabeza y la habría intercambiado por un par de borregos o algo así.

—Muchos te criticarán por no tener hijos a una edad adecuada —continuó la mujer.

—Soy consciente —Jin pensó en el matrimonio arreglado entre Senju y Uzumaki en el periodo de los reinos combatientes.

Hashirama y Mito se casaron muy jóvenes, extremadamente jóvenes, a los diecisiete años estaban comprometidos y casados, principalmente debido a que durante ese tiempo era muy extraño que un shinobi viviera más allá de sus treinta... si es que llegaban en primer lugar.

Es más, durante ese tiempo, a ambos se les consideraba "viejos" al no haber estado comprometidos antes, pero siendo Hashirama un luchador de primera fila vital para el clan Senju, no había mucho que pudieran manifestar sobre hacer una familia.

Y Mito Uzumaki no era más que excelente, una mujer fuerte e independiente, dedicada, hija del líder del clan y que era una maestra en ciernes del preciado Fuinjutsu del cual su clan estaba tan orgulloso.

Los matrimonios jóvenes eran muy comunes, la mayoría durante estos tiempos tubulosos aprovecharía las aguas fangosas e inciertas para instaurar matrimonios concertados lo más pronto posible, llegando a tal punto que no sería extraño mirar a una jovencita hermosa de tan solo unos catorce años embaraza de algún hombre mayor de aspecto rico.

Realmente le repugnaba este sistema de mierda, se esperaba que las mujeres alcanzaran a graduarse como genin solo para tener un mayor "estatus" y "aumentar su valor" a la hora de buscar matrimonio, ¡Aparte, ni siquiera era como en las épocas antiguas de su mundo natal, sino que eran completamente locas! En su primera vida, muchas madres/abuelas tradicionales dirían que si no tenías hijos a los 25 ya era una mujer "pasada", ¡Pero en este mundo...! ¡Oh... en este mundo!

¡¿Cómo es posible que a los 19 años tengas que estar embrazada de tu primer hijo o ya haberlo dado a luz o se te consideraría "pasada"?!

—Te verán en menos por ser mujer, te subestimarán —continuó su abuela mirándola con una ligera tristeza.

—Soy consciente de ello —asintió Jin.

—¿Aun sabiendo todo esto e incluso que pueden intentar llegar a... forzarse sobre ti, decidirías este camino? —preguntó suavemente la mujer anciana.

—Por supuesto, una buena patada en donde no les llega el sol sería ideal —asintió seriamente Jin.

—¿Dónde no les llega el sol? —preguntó confundida su abuela.

—En sus kintamas doradas, sus reliquias familiares... —Jin fue interrumpida por una alegre risa liviana de su abuela.

—¡Ah! Si, es cierto, ¡También son un buen lugar para golpear cuando necesites defenderte! —rio alegremente la mujer mayor y Jin asintió orgullosamente.

Por supuesto que lo eran, después de todo, una buena y merecida patada en los huevos siempre sería la peor tortura para los hombres.

Jaja, tal vez deberían contratarla en T&I.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora