XLIV. Sucia

587 119 37
                                    

La próxima vez que Obito ve a Jin, fue después de una misión que duró una semana completa. Honestamente, estaba nervioso y ligeramente irritado, pero cuando volvió a ver a Jin, ella ya no parecía la chica rota y empequeñecida que les dejó Iwa, no, parecía a la Jin de siempre.

—¿Qué es lo que sucedió? —preguntó directamente Obito cuando logró encontrarla sola.

—¿Qué es lo que sucedió de qué? —Jin se sonrojó ligeramente mientras era acorralada por Obito y las manos del chico estaban sobre sus hombros apoyándola contra la pared.

—No disimules, Jin... —Obito frunció el ceño y Jin le miró confundida antes de darse cuenta de lo que se refería.

—Ah... ¿Te acuerdas que te dije que quería crear un sello? —preguntó cuidadosamente Jin y puso sus manos sobre el pecho del Uchiha el cual frunció ligeramente el ceño y asintió— Bueno... pues era un sello para suprimir cierta parte específica de la memoria y sentimientos.

—Jin... —Obito frunció el ceño con ligera desaprobación.

—Entiendo que no fue la mejor idea... —Jin le sonrió ligeramente apenada—. Y que solo es una técnica de escape, por así decirlo... pero... pero es incómodo, ¿Sabes? Esos recuerdos me estaban haciendo cuestionarme la vida y todo eso, yo no quería dejarlos atrás porque son importantes para mi...

—... —Obito miró a Jin con incredulidad y suelta sus hombros retrocediendo un paso.

—Yo... yo no podía vivir tranquilamente, realmente lo intenté y fue uno de los peores meses de mi vida entera, de hecho, casi que prefería que mamá me hubiera golpeado lo suficiente como para no dejarme asistir al examen de graduación y que luego me casara con algún imbécil o algo... —Jin se removió incómodamente—. Había veces en las que casi pensaba que cualquier cosa era mejor que ser ninja, que estar viva... que tal vez hubiera sido mejor si fuera la puta de cualquier bastardo lo suficientemente rico como para que mi madre lo aprobara...

—Jin...

—Ahora recuerdo cosas, pero no recuerdo las peores partes, supongo... y los peores sentimientos yo... bueno, supongo que simplemente escapé de ellos intentando borrarlos... —Jin se apretó ligeramente el brazo y miró hacia otro lado—. Bueno, se en esencia lo que sucedió, pero no... no el cómo, ni lo que sentí en ese momento, como si la persona que sufrió eso fuera otra persona y no yo misma, así que no debo de preocuparme porque ello me deje una marca permanente ¿Sabes? No quiero que papá, ni Sakumo-san, ni Kakashi... ni nadie se ponga tan triste por mi culpa... por mi incapacidad de verlos como personas cercanas a mí en vez de... posibles... ya sabes...

—... —Obito la miró con dolor.

—¿Sabías que papá y Sakumo-san planeaban casarse una vez que regresara de esa misión? —cambió de tema Jin y lo miró con ojos tristes—. Pero entonces sucedió todo eso y yo... bueno, tampoco iban a casarse cuando yo estaba tan mal, ¿Cierto? Y menos cuando tenía tanto miedo a los hombres, ¿No? Cuando sentía tanto rechazo a Sakumo-san y Kakashi... incluso a papá... no sería bueno que hubiera tantos hombres en una casa con una niña con traumas y miedo severo a los hombres, ¿Verdad?

Obito cierra sus ojos y la abraza fuertemente, las lágrimas empiezan a correr por el rostro de Jin.

—No fue algo fácil, ¿Sabes? —preguntó Jin con un tono lloroso mientras lo abraza suavemente, su cuerpo temblando frágilmente.

—Debió ser una decisión difícil —asintió de acuerdo Obito haciendo una mueca apretándola más contra él.

—Yo realmente... realmente dudaba si quería seguir viviendo, ¿sabes? —Jin se ahoga entre sus lágrimas y se derrumba contra sus brazos, sollozos feos y profundos caen de su garganta y ojos afligidos e inundados en pena lo miraban con tanta desesperación—. Me sentía tan sucia, Obito-kun, tan indigna a pesar de que no habían hecho gran cosa, tenía tanto miedo... sentía que no merecía vivir, que no debí tener esta valiosa oportunidad, que ojalá se la hubieran dado a alguien más, alguien más inteligente, más fuerte... sentía que me ahogaba, Obito-kun. No podía respirar, no podía, no podía, simplemente el peso de cada respiración era demasiado para mí, a pesar de que veía, no podía hacerlo, sentía que todo había perdido significado, que todo lo que me rodeaba estaba esperando el momento para hacerme daño, sentía que no podía confiar en nadie, Obito-kun, tenía tanto miedo, tanto, tanto, tanto miedo.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora