Después de una ruidosa cena -en donde nuevamente intentaron decapitarlo y destrozarlo con palabras mordaces-, con el permiso de su querido suegro, pudo quedarse a pasar la noche a dormir.
Por supuesto, las quejas de cierto dúo de albinos no se hicieron esperar, pero ante las miradas que padre e hija les lanzaron, ambos simplemente bajaron la cabeza como cachorros regañados... y él pudo abrazar a Jin por detrás y sacarle infantilmente la lengua a padre e hijo, haciendo que esos dos casi empezaran a ladrar de rabia.
Obito se sonrojó ligeramente mientras miraba a Jin salir del baño con el cepillo de dientes aun en la boca, su preciosa novia estaba en unos cortos short de pijama rosados con fresas y un top rosita con fresas.
Y no llevaba brasier.
—Puedes entrar —habló Jin aun lavándose los dientes.
El Uchiha agachó la mirada sonrojado y tímidamente pasó a su lado, mirando las pantuflas de conejito que cubrían los lindos y delicados piececitos de su princesa -e intentando desesperadamente no ver sus bonitos pechos y el llamativo contorno de sus pequeños pezones presionando contra su camisa, después de todo, no quería ser tachado como pervertido por su novia-. Jin miró con un signo de interrogación a Obito, el cual estaba repentinamente tímido y parecía una colegiala enamorada incapaz de ver a su senpai.
Encogiéndose de hombros, Jin continuó lavándose los dientes mientras revisaba algunos sellos y ojeaba las páginas sueltas de sus ideas para próximos sellos. Cepillando sus dientes, Jin asintió de vez en cuando meditando la viabilidad de los posibles sellos a futuros y a veces negaba haciendo rápidos cálculos mentales.
Tenía tantos sellos que quería hacer, pero aparte de las ganas, necesitaría mucha experimentación y practica.
Mirando hacia el baño en donde estaba Obito, su mirada se volvió intensa.
Definitivamente quería la habilidad de teletransportarse, pero si pudiera hacer teletransportadores a gran escala, Konoha sería extremadamente famosa y... Jin, influenciada por las tendencias de adicto al dinero de su padre, podía oler el dinero en sus prepuestas -si Banri escuchara los pensamientos de su preciosa hijita, estaría tan orgulloso que lloraría lágrimas mientras intenta aprender sobre los sellos para ayudar a su preciosa hija a ganar dinero-.
Obito, que estaba meando, sintió un repentino escalofrío recorrer su espalda.
Ese dúo padre e hijo... ¿Realmente no estarían tratando de matarlo mientras mea, verdad? Negando con su cabeza, Obito sacudió un poco su polla y se secó antes de cerrar la tapa del inodoro y tirar de la cadena. Limpiándose las manos, Obito meditó si debería tener una ducha rápida o no.
Cerrando sus ojos pensativamente, Obito decidió que lo mejor sería bañarse rápidamente porque iba a dormir con su preciosa novia y no quería que ella se llevara una mala impresión de él, por lo que diez minutos después, Obito salió de la ducha con el pelo mojado y con una tolla rosa con corazones cubriendo sus caderas.
Mirándose frente al espejo, Obito se sintió un poco avergonzado.
No había pensado en esto...
—Obito-kun... escuché el sonido de la ducha —llamó Jin y Obito se sobresaltó ligeramente con las mejillas sonrojadas—. Te traje uno pijama de Kakashi, espero que no te moleste.
—U-uh... ¡Gracias! —Obito abrió ligeramente avergonzado la puerta, solo dejando a la vista su cabeza y recibió el pijama que Jin le entregó.
—De nada —Jin le sonrió y, antes de que Obito pudiera retraer su mano y esconderse de nuevo en el baño, Jin tomó su muñeca y besó sus labios antes de reír traviesamente y correr hacia la cama, haciendo que Obito se sonrojase ligeramente.
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So Simp [Yandere! Uchiha Obito]
Fanfiction[Serie So or Mine] 2 Obito, víctima de sus errores y pesadillas, termina retrocediendo en el tiempo debido a que fue presa de un destino que nunca fue suyo en primer lugar. El sabio de Seis caminos sabe que sus hijos torcieron el mundo y lo destruye...