LXII. Maids

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De alguna manera, Jin logró que los hermanos se separasen y que -de manera milagrosa- Atsushi sobreviviera a las peligrosas garras pintadas de su hermana, por lo que, comprensivamente, el chico de cabellera azul estaba sollozando como un gran bebé llorón mientras se ocultaba detrás de su espalda, mirando a su hermana como si fuese un terrible demonio, mientras ella parecía estar a punto de romperle todos los huesos del cuerpo.

Jin sonrió ligeramente -de alguna manera le recordaba las peleas de Obito y Kakashi cuando eran niños- mientras arrastraba a los hermanos y Kisho hacia una cafetería, ni siquiera miró el nombre o lo que sea, estaba más concentrada en no ser la causante de un fratricidio por su atención, por lo que se sorprendió a ver que justamente había entrado en un Maid Café. Jin se sonrojó suavemente mientras entre abría su boca e intentó arrastrarlos fuera, si no fuese porque Atsushi la abrazó por la cintura y sonrió picarescamente.

—Vaya, Jin-chan~ —habló en un tono meloso y arrastrado Atsushi—. No sabía que tenías estos... gustos —el chico rio casi de forma pervertida acariciando su brazo con las puntas de sus dedos, hasta que fue golpeado duramente en la cabeza por su hermana.

Jin no lo evitó, se lo merecía.

—Estúpido —bufó Sora y arrastró a su hermano por el pescuezo como si fuese una especie de perro desagradable—. Tranquila, Jin-chan, a mí también me gustan los Maid Café. Las chicas de los Maid Café siempre son muy buenas atendiendo y usualmente las comidas son bastante buenas, ni hablar de los postres —habló suavemente Sora con una sonrisa amistosa, interiormente salivando por los postres.

Los dulces son supremos.

—N-no, se equivocan, yo... —Jin estaba sonrojada hasta las orejas mientras intentaba negar cualquier acusación infundada hacia su persona, humo saliendo de sus orejas rojas y calientes.

—No tienes que preocuparte, realmente no es algo malo. Yo también disfruto ver chicas lindas en vestidos de Maid, incluso Sora lo disfruta especialmente —rio ligeramente Atsushi, pero su hermana lo golpeó en el abdomen, dejándolo sin aire y doblándose en el suelo.

—Cállate, bastardo pervertido —siseó Sora mirándolo asesinamente.

—N-no... no ustedes se... se equivocan yo no... —Jin intentó negar con sus manos mientras seguía totalmente sonrojada y un ligero temblor aparecía en su cuerpo mientras sudaba balas.

—No tienes que avergonzarte por ello, es humano querer apreciar y admirar la belleza —consoló suavemente Sora mirando con ternura como Jin parecía un flan apunto de derretirse en un charco de su propia vergüenza.

R-realmente se equivocan...

—Está bien, no te preocupes mucho por ello, las Maids realmente calientan el corazón con su cuidado tierno y animado, no está mal querer sentirse bienvenido y deseado de vez en cuando —habló Atsushi comprensivamente, sosteniéndose el abdomen adolorido.

Su hermana era una bestia, que humana, que mujer, esa cosa ni sentimientos tenía.

—Ciertamente, querer que te atiendan y reciban bellezas está bien, disfrutar de las vistas que te proporcionan lindas Maid y guapos camareros está en todo tu derecho —Sora la miró de una manera que hizo que Jin se erizada y sintiera escalofríos por todo su cuerpo, sus temblores solo aumentaron en intensidad.

—¡N-no...!

—Ya basta, Jin-chan ya dijo que no le gustan esta clase de lugares vulgares —habló Kisho frunciendo el ceño y mirándolos con un ligero desagrado—. Ella es una dama respetable de alta sociedad, no hay necesidad de visitar esta clase de lugares.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora