XL.Quizás

540 96 35
                                    

Catriel suspiró ligeramente mientras el Uchiha estaba al menos a tres metros de ella, era lo más cerca que lo había convencido de llegar luego de que viera solo su cabeza mojada en la ducha, fue un poco exasperante y todo un reto llegar a donde cayó la ropa y la toalla, pero de alguna manera milagrosa, logró llegar al sitio, tomar todo lo que se le cayó a Obito y secarse el cuerpo para luego ponerse el vestido que le trajo el chico.

Honestamente, el vestido era bonito y simple, tal vez se le pegaba un poco al cuerpo, pero considerando el bonito cuerpo curvilíneo y con toda la grasa en donde debería estar, Catriel no le importaba mucho aparte del hecho de que sus bragas eran de gatitos y su brasier de frambuesas.

Al menos también le trajo calcetines, pero no cree que los tacones vayan exactamente bien con los calcetines, así que simplemente estará con esos bonitos calcetines blancos y sencillos.

En resumen, Catriel aprueba el simple vestido negro con mangas y cuello fucsia como los ojos del cuerpo que poseyó.

—Obito... tengo hambre, ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? —preguntó Catriel mirando como el Uchiha tenía la mirada en cualquier lado que no fuese ella.

—Eh... ¿Ir al comedor? —sugirió nerviosamente sin mirarla.

—¿Y dónde está el comedor?

—...

De alguna manera, Catriel logró convencer al Uchiha para que siguiera ayudándola a caminar y ambos recorrieron el piso en el que se encontraban para llegar al comedor, quizás se habrían demorado un poco más si no hubiera sido porque encontraron a una sirvienta que amablemente los guio hasta el comedor en donde les pidió que esperaran mientras el chef les haría el desayuno.

Por supuesto, Catriel se pegó como lacra al nervioso Uchiha que ni siquiera era capaz de mirarla.

Mientras comían el desayuno, apareció el mismo hombre azabache del principio y el albino, al cual reconoció como el padre de Kakashi, lo que se le hacía realmente extraño, considerando que Obito ya tiene su cicatriz en el rostro producto de casi dar su vida por Kakashi y estar acorralado con el loco Uchiha Madara.

Apenas el hombre intentó hablarle, Catriel automáticamente estaba sobre el regazo del Uchiha que casi termina expulsando leche por la nariz y empezó a toser totalmente sonrojado y avergonzado.

Banri miró con dolor y tristeza como su pequeña Jin se alejaba y asustaba con solo verlos, el nivel de desconfianza hacia ellos y como los veía como desconocidos hería profundamente su corazón, casi tanto como cuando Jin en el juicio amenazó con suicidarse si ella volvía a quedarse con su mamá.

El azabache miró con dolor a su hija mientras el albino a su lado lo abrazó suavemente en señal de apoyo. Sintiendo la calidez de su pareja, los ojos azules de Banri se endurecieron y la determinación brilló en ellos, él era un hombre con una misión y no pararía hasta lograr conseguir lo que quería; la recuperación de su hija.

Mirando como su pequeña niña se aferraba a ese Uchiha, Banri no sintió celos ni ira que describirían algunos libros de padres, sino que sintió alivio.

Su hija al menos tenía a alguien en quién confiar.

Era doloroso no ser su fuente de apoyo o de confianza primera, pero Banri prefería que al menos hubiera una figura, incluso si no es él, a que no hubiera nadie en que su hija pudiera confiar después de tantos secesos traumáticos que ella vivió en tan poco tiempo.

No fue fácil ver a su hija ahora, cuando estaba en coma o cuando llegó a la aldea en ese horrible estado, honestamente, fue lo más difícil que vio en toda su puta vida y casi que quería hacer que su hija simplemente dejara el camino shinobi y se rindiera con toda la mierda oscura debajo de las aguas de la aldea.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora