XXXIII. Culpa

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Obito suspiró mientras se tocaba el cuello, varios Yamanaka intentaron hurgar en su cerebro, pero no tuvieron éxito de ninguna manera y simplemente empezaron a hacer una especie de trivia en donde le preguntarían y habría detectores de verdad por todo el puto lugar, más, Yamanaka revisando que no mintiera con alguna técnica de interrogatorio de Clan o algo así.

Estuvo encerrado una semana completa en una celda asquerosa -en realidad no estaba tan mal, pero le mataba como Kakashi, Rin, Minato y Kushina miraban su cuerpo mutilado y apenas unido-, donde apenas había alguna comodidad, siendo observado como una especie de mono de circo o atracción turística mientras algunos tipos de T&I rogaban por despedazar cada parte de su cuerpo y mente con tal de sacarle la información que querían obtener.

Obito respondió honestamente toda la mierda que sabía, pero para el asunto Uchiha hizo que llamaran a Fugaku y casi que exigió que estuvieran Itachi y Shisui. No era una conversación en la que deberían involucrar a niños tan pequeños y, sobre todo, con mierdas tan turbias como secretos del clan, pero Obito prefiere tirarlos del precipicio con sus propias manos para que tengan un duro golpe de realidad ahora que estarían a la distancia de un mero segundo piso, a que se enteraran luego de que accidentalmente destruyeran el mundo como casi lo hizo él.

Jajan't exigió que el tercer Hokage no estuviera presente, pero no estaba en posición para pedir cosas, aun así, permitió que Shikaku Nara, Inoichi Yamanaka y su Sensei estuvieran dentro de la conversación Uchiha privada top secret ten.

En fin, que tal como lo esperaba, fue un festival de mierda, los niños preguntando sobre que era la tabilla Uchiha, su sensei completamente conmocionado con su fumada cósmica y su líder de clan envejeció de golpe unos cuarenta años cuando supo que sus hijos posiblemente serían secuestrados si muestran habilidades sobresalientes o aman demasiado... en fin, Itachi decidió no confiar en cosas negras que prometan la paz mundial, aunque su rostro era feo al decir eso y Shisui simplemente se encogió de hombros diciendo que sería bastante tonto de su parte confiar en una masa negra amorfa y un tipo blanco.

Obito miró sospechosamente a Itachi antes de soltar un poco del chakra del Juubi, causando pánico innecesario y les dijo a todos que lo había sellado en una forma bastarda de Jinchuriki para que el bastardo de Madara no hiciera cosas, pero era probable que vinieran tras su cabeza.

No dijo la verdad del todo, pero tampoco mintió, así que el Yamanaka confirmó lo que dijo.

Después de todo, lo selló dentro suyo, solo que en su dimensión de bolsillo y el sello es un contrato de invocación, pero esos son detalles innecesarios sin importancia que no merecen mucha atención.

Ahora, Minato poniendo un sello en las lenguas de todos para que esta información no se divulgara era una cosa que directa y llanamente no se lo esperaba, pero lo apreció muchísimo.

Su sensei era tan lindo cuando quería... pero dejaría morir a sus alumnos por su... aagghhh... perdonar es tan difícil.

Una semana después, libre de cualquier sospecha y con una aldea un poco paniqueada con respecto a que Zetsu podría, quizás, intentar robar el Kyubi mientras Kushina pare a Naruto, Obito pasea por el pueblo siendo escoltado por Kakashi y Rin a sus costados.

Honestamente, le sorprende que no tenga más escoltas, pero supone que su Sensei y compañeros de equipos son demasiado ingenuos.

Sintiendo el peso del bonito pergamino de almacenamiento que Jin le dio, Obito sonrió suavemente y lo tomó de su bolsillo, tocándolo como si fuese un objeto muy preciado para él.

Cosa que lo era.

—Oye... Bakakashi, me sorprende que Jin no haya venido a verme mientras estaba prisionero, ¿Fue un secreto de estado o algo así? —preguntó despreocupadamente Obito y vio como Kakashi se tensó ligeramente.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora