CI. Idiotas

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Jin no sabe ni cómo se libró de que los pillaran, pero cuando miró a Obito, el cual nuevamente se corrió dentro de ella, sus ojos eran dos lanzas bien afiladas y, antes de que el Uchiha pudiera siquiera procesar lo que pasaba, fue derribado por su princesita y ella lo estaba montando, su polla profundamente enterrada entre sus tersos pliegues.

—Escúchame bien, Obito-kun, no sé cómo nos salvamos de esta, pero ahora mismo nos vamos a bañar y vamos a bajar, haré el desayuno para todos y estaremos contentos y felices, ¿Entendidos? —Jin miró seriamente a Obito, pero el Uchiha no podía prestarles mucha atención a sus palabras cuando las mejillas de su querida novia estaban sonrojadas tan bellamente y él estaba enterrado hasta las bolas.

Se veía tan bonita dominándolo.

—... —Obito besó suavemente los labios de Jin y ella se derritió en su abrazo.

—Mira, si aún quieres continuar, lo haremos después del desayuno, ¿Vale? Pero en tu casa, esos otros dos solo buscan una excusa para cortarte la cabeza y lo sabes bien —suspiró Jin cediendo a ser abrazada y mimada por su novio, apoyando su cabeza en el hombro del Uchiha mientras este le pegaba más a él y sus manos se deslizaban por sus caderas y espalda.

—Bien, como ordene mi princesita —Obito murmuró suavemente, una de sus manos agarró un puñado del trasero de Jin mientras la otra sostenía su espalda y los levantaba a ambos de la cama, por supuesto, con su arma bien enfundada y enterrada—. Pero... ¿Podemos hacerlo dos veces más en el baño? —preguntó Obito besando las clavículas de la mujer que amaba antes de subir por su cuello, mandíbula y mejillas.

—¡Mmm...! —Jin gimió suavemente y se sonrojó nuevamente, pero cerró sus ojos con una sonrisa—. Todo lo que Obito-kun quiera...

Una hora después, Jin estaba tarareando felizmente mientras cocinaba el desayuno para su familia con un lindo delantal rosita con flecos, haciendo que, de alguna manera, pareciera incluso más radiante que de costumbre.

—Vaya... esto es una sorpresa —habló Banri mirando a su hija feliz y activa tan "Temprano", él conocía a su preciosa hijita y, como resultado, sabía que ella podría acostarse a las nueve de la noche y despertarse casi a las doce del día siguiente.

Ni hablar de cuando se acuesta tarde, lo más tarde que se despertó esa niña, hasta el momento, es a las seis de la tarde.

Su hija era todo un pajarito nocturno.

Entonces, ver a su hija despierta antes de las doce en vez del sofisticado sistema de sellos que les dejaría consumir su desayuno a tiempo -y no permitiría que robasen más de la comida pre establecida por Jin el día anterior- era toda una sorpresa.

—Parece de buen humor —Banri sonrió mirando como Jin parecía lucir radiante en la cocina mientras que Obito la miraba con cara de idiota y corazones saliendo de su cabeza, apoyado en la encimera de la cocina.

—¿Mmm Jin cocinando? ¿A esta hora? —preguntó Sakumo al sentir el aroma desde la sala de entrenamiento en donde le estaba dando una justa paliza a su preciado hijo.

Todo sea en nombre del entrenamiento.

—¿No estaba de mal humor? —preguntó Kakashi sospechosamente y entrecerró sus ojos, mirando los ojitos enfermizamente azucarados que se enviaban Obito y Jin, Kakashi sintió un ligero, desagradable, repulsivo, asqueroso, abominable, presentimiento.

Jin...

Kakashi frunció el ceño con disgusto, había demasiado aromas en la cocina como para que él pudiera percibir correctamente el aroma de Jin, en especial porque todos los aromas de la comida que estaba haciendo Jin se estaban impregnando en su ropa y piel, por lo que tenía aromas mezclados de cocina, su gel de baño, champó, colonia e incluso unos tintes de Obito.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora