Cap 24

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Julietta

Damian y yo hablamos de dar un paseo por el bosque, me acerco al inicio de este esperando la llegada de mi mejor amigo el cual casi siempre llega tarde.

Un guardia se hace acto de presencia para mirarme y de seguido al bosque.

-Princesa ¿Que hace a qui?- me pregunta intrigada, es mujer.

- espero a un compañero.

Ella me mira algo confusa pero asiente continuando su camino, poco a poco la veo desaparecer a los lejos y yo suspiro por qué llegue pronto Damian.
Lo miro de mala gana a lo que el me sonríe inocente.

-¿Que?

-llegas tarde otra vez.

El suspira para cogerme de la mano y nos adentramos en el bosque, damos un paseo y empezamos a jugar al pilla pilla.

(...)

Mi pecho sube y baja rápidamente, miro detrás del árbol donde estoy escondida para que Damián no me pille pero no hay nada.
Me río bajito al saber que a qui no me encontrará, me he alejado varios metros por lo tanto no creo que sepa de mi.

Siento un aliento en mi oreja y me tenso por miedo, se que no es Damián por el olor y siento que es más grande siento como respira más rápido y yo solo me mantengo quieta sin saber que hacer.

-Perdoname.

Me giro intentando buscar de donde provenía esa voz gruesa, no está pero lo he oído bien, era grande y me a dicho Perdoname.

Con mi corazón acelerado por esa voz fuerte y dominante que a la misma vez no parecía con la intención de hacerme daño, pestañeo varias veces y me frotó los ojos asimilando si me lo imaginé o simplemente sucedió de verdad.

-¡Te pille!

-AAAAAAA

Damián se hecha reír exageradamente y a mi me da un paro cardiaco.

-Estupido, no hace gracia.

-A mi si, debo de admitir que me costó un poco más encontrarte pero te encontré, tenía que verte toda concentrada y como gritabas jajaj.

Yo ruedo los ojos y pienso en esa voz gruesa que me pidió perdon...

-Venga Julie que te noto despistada, vamos a casa.

Yo asiento para sonreírle y dejarle un beso en la mejilla.

(...)

Cuando llegamos a mi casa el señorito entra en toda confianza y se sirve un paquete de patatas junto a una Coca Cola.

-Esta buenísimo.

-Si, como toda mi nevera pero entenderás que necesito comida para vivir y no te la puedes comer toda.

El me saca el dedo del medio y yo le sonrió en respuesta, me doy la vuelta y me encuentro la virgen.

-Hola- dice Raphael, su pelo húmedo me indica que se a dado una ducha y su torso desnudo bien modificado hace que mi mente vuele.

-Hola- dice Damián-¿Julie tu no saludas?

Pestañeo varias veces para mantener mi semblante serio y hacer una mueca.

-Hola.

El sonríe de lado y yo intento pensar en lo mucho que me gusta comerle, comer digo comer y también me gusta leer.

-Julie,¿donde hay más coca cola?- dirijo la mirada a mí compañero y le saco una de la nevera para servirsela.

-¿me sirves una a mí también? Porfavor- dice Raphael.

Yo suspiro para darle también una coca cola a él y despues coger agua para mí.

-Gracias- dice para sentarse al lado de mi amigo, pero me llama la atención de cómo se tensa al estar cerca de él pero su sonrisa no se borra del rostro.

-Julie,¿cuando vamos a la cita del instituto?

Raphael deja la coca cola y me mira curioso a lo que yo ruedo los ojos y miró fijamente a Damián.

-Yo no quiero ir, se que debo pero me salto el recreo y no estoy muy a la labor.

-Claro prefieres pasarlos conmigo- Dice Damián con orgullo.

Oímos como la lata de coca cola de Raphael se estruja en su puño y su semblante es serio, se levanta para analizarme con la mirada e irse.

-¿Que le sucede?

-Le dejo la novia o tiene malas pulgas- le digo aguantandome la risa.

-Odio la época de pulgas.- dice Damián poniendo cara de asco.

Al final acabamos comiendo y riendo hasta que llega Eros y se une a nosotros.





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