Cap 3

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Ben

Ring ring

-Solo cinco minutos alarma, 5 Minutos.

Ring ring

Tiro el despertador contra la pared con ganas y oigo que se silencia y se parte en trozos.
Nooo mi despertador de patito...
Me levanto rápidamente y me agachó para intentar arreglarlo pero ya no se puede, me seco las lágrimas que amenazaban con salirme y bajo corriendo abajo para que mi madre me ayude.

Bajo las escaleras rápidamente aún con mi pijama de baloncesto y me tropiezo con las últimas tres escaleras.

-¡Ben!- Exclama Sky- Dios mi niño,¿Estás bien?

Yo niego con la cabeza y Sky me sienta en una de las sillas de la cocina.

-¿Que te ocurre?

- Es que... Quiero ver a mamá- le digo aún con los ojos rojos.

-Ahora tu madre está solucionando un problema con tus hermanos pero te ayudo yo.

Yo niego con la cabeza solo quiero ver a mamá, mi madre sabría que hacer con mi pato y con el dolor que tengo en el dedo meñique del pie al darme con la esquina de las escaleras en el.

- solo quiero a mamá.-murmuro...

Sky me abraza y me coge de la mano para llevarme al despacho, estamos llegando al despacho y veo a mis hermanos salir algo enfadados.

Mi hermana lleva un chándal azul oscuro y una trenza que le hizo mamá está mañana y Eros unos pantalones cortos de deporte con una sudadera de un lobo.

- Ben- me llama mi hermana.

No le hago caso y con Sky aún de la mano tocamos al despacho mi padre suspira y mi madre deja el boli que sostenía en la mano derecha, Raphael estaba a un lado y se giró para verme.

- Perdonen pero Ben desea a hablar con usted Luna.

Mama suspira para levantarse y acercarse a mi.

- Gracias Sky- mi madre me coge de la mano y me alza para cogerme aupas.

- Raphael vete junto a mis otros dos hijos y que estén contigo para ayudarte en tus tareas de beta, así aprenden a comportarse mejor.- dice papi serio.

Raphael hace si con la cabeza y se retira.

-¿Que sucede cariño?

Me pican los ojos y empiezo a llorar sin decir ninguna palabra.

Beth

El dolor que siento ahora al ver a Ben llorar es terrible no me gusta ver a mis hijos hacerlo al igual que hace un rato a Eros por salir lastimado.
Adam deja los papeles y coge a Ben de mis brazos para los suyos y le abraza.

-Ben ¿Que sucede cachorrito?

Ben lo abraza con más fuerza y a mi se me encoge más el corazón, se que lo más probable es que llore por un juguete o algo que para un adulto sería insignificante pero para mi hijo es importante por lo tanto para mí también lo es, odio que mis hijos lloren por qué sufro con ellos.

Adam me mira y me sonríe pero no me gusta ver a mi pequeño así.

-Cielo habla no pasa nada- le digo yo a Ben que me mira muy atento con sus ojitos verdes.

-Es que...perdón- dice para volver a llorar, veo que Adam se tensa y lo abraza más fuerte.

- Ben estate tranquilo y cuéntanos a mamá y a mi que sucede.

Adam se sienta en el escritorio con Ben en sus brazos y yo cojo la silla de al lado para sentarme junto a mi marido e hijo.

- Es que se a roto patito por mi culpa- dice algo más calmado.

Le tocó la mejilla y suspiro aliviada de que no le haya pasado nada malo.

- Y me he hecho pupa por qué me he caido por las escaleras y me duele el pie- dice soñozando más fuerte.

- Ben no pasa nada, ya arreglaremos a patito verás y lo oirás otra vez por las mañana dándote la lata- le digo sonriente y Ben se seca las lágrimas en la sudadera de su padre.

Adam suspira pero no por le haya manchado la sudadera si no por qué se encuentra exausto con todo lo de la manada y nuestros cuatro hijos.

- Ben, ¿Que te parece comer una galletas de chocolate?- le digo y a mi pequeño se le ilumina la cara.

-¿Enserio?

- Si, Avisa a Darío que debe de estar en la sala de juegos jugando, te cambias y bajáis a comer unas galletas.

Ben sonríe y me da un beso a sus padres en la mejilla para bajarse de su regazo y después darme otro beso en la mejilla a mí.

Ben sale del despacho contento y yo suspiro.

- Te noto cansada.

Yo sonrió y niego con la cabeza.

- Lobito el que está cansado eres tú tanto de la manada como de nuestros hijos y después querías tener 6.

Adam en mira con la ceja enarcada y sonríe ladino.

- Como si no disfrutases cada vez que practicamos.

Le pegó una coñeja y me pongo sería.

- Si seguro, también los disfruto ahora sin necesidad de prácticar.

- Ya seguro, pues yo nunca oigo que te quejes cuando te hago mia y mi espalda aparece llenita de arañazos.

Le pegó una coñeja para negar con la cabeza.

- Me voy con nuestros hijos.

Mi loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora