Cap 42

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Darío

La lluvia y los relámpagos suenan por toda la casa. Me dirijo al establo donde mi yegua está intentando dar a luz, es la segunda vez que bajo a verla. Es la hora.

Marina decidió acompañarme y nos hemos quedado los dos para visualizar el momento exacto donde nacerá el potro.
Marina tiene la cabeza de mi yegua entre sus piernas y la acaricia mientras intenta calmarla.

-Ya está... Casi viene,estamos aquí.- le recuerda Marina pero sabe tanto como yo que el parto se está dificultando.

Hace unos minutos llamé al veterinario al ver que el parto se dificultaba. Está tardando en llegar y no me gusta.

-Tranquilo, llegará y tanto ella como el potro saldrán adelante.

Yo le asiento poco convencido, desde que se que es mi mate aunque las cosas se tornarán raras confío en ella bueno mejor dicho Marina siempre me transmitía paz y di por hecho que era por qué es mi mejor amiga no por qué en un futuro llegaría a ser algo más.

(...)

- Bueno príncipe todo a salido correctamente, pero la yegua a perdido mucha sangre por el parto. Le dejo este suero puesto para darle vitaminas y si mañana veis que no se levanta o no come volverme a llamar.

Yo asiento para darle las gracias al igual que Marina le sonríe en agradecimiento y el se retira.

-Bueno yo tengo que volver a casa, ya es muy tarde y ya les avisé aunque no me han leído el mensaje.

Yo asiento y me fijo en la hora es muy tarde son las 3:15h de la mañana.

-mmm¿Por qué no te quedas a dormir?

Ella se detiene para mirarme y después mirarse la ropa que está manchada.

-Voy a casa que tengo la ropa echa un desastre además tengo que ducharme.

-Puedes hacerlo en mi casa. Tengo ropa y he dado mayor estirón que te servirá, además tengo una habitación de invitados.

-Te lo agradezco pero enserio debo irme.

Yo acepto de mala gana y ella me regala una sonrisa para desaparecer por la puerta del granero.

(...)

Me acuesto en la cama una vez duchado, me coloco mejor el boxer y decido mirar el expediente de los caballos. Me centro en uno en concreto que llegó hace poco a la manada, es de un granjero de a qui.

Dejo de mirar los papeles cuando un golpe en mi ventana hace que me alarme. Dejo los papeles en la cama y me acerco a la ventana me sorprendo a ver a Marina con su melena negra suelta, una camiseta corta negra y unos vaqueros anchos.

- Me abres... Es que hace algo de fresco.

Yo salgo del trance pensando que era un sueño, asiento y le abro la puerta a lo que ella escala sin dificultad y entra a mí habitación. Su mirada cae en todo mi cuerpo y se detiene levemente en mis boxers para después sonrojarse levemente.

-mmm perdón por entrar así, es que pensé mejor tu oferta solo que preferia ducharme en mi casa. Es decir no es que quiera dormir contigo solo q je me viene mejor para madrugar mañana.

-Ya- le digo sonriendo. Nunca había visto a Marina nerviosa y recorrerme tantas veces con la mirada tan descaradamente.

-mmm entonces... ¿El cuarto de invitados que mencionaste?

-No hay, duermes en mi cama.

Ella se sonroja y abre los ojos exageradamente.

-oh jeje mmm vale.

(...)

Después de meternos en la cama y que yo decidiera ponerme un pantalón de pijama corto para que ella no se sintiera tan incomoda optamos por dormir y solo se escuchan nuestras respiraciones.

- Darío... ¿Sigues despierto?

-Si- le digo mientras observo el techo.

-No puedo dormir jeje.

Suspiró y me giro para que nuestros rostros queden unos frente al otro.

-¿Por qué no puedes dormir? Es tarde.

-Nose es raro te conozco desde siempre pero se me hace raro dormir contigo- se sincera.

Mi mano se mueve sola y va directo a su mejilla acariciándola levemente y ella se queda quita con la boca algo entreabierta mirándome a los ojos.

-Tienes que dormir- le digo susurrando.

-Lose... Tú también deberías- dice para acercarse algo más a mi teniendo nuestros rostros más cerca.

Cierro los ojos un momento para pensar bien lo que voy a hacer y estoy sintiendo, es mi amiga de toda la vida y ahora más wue nunca la tengo en mi cama y deseo con todas mis fuerzas besarla.
Pero se que eso marcara un antes y un después en nuestra relación aunque ya sepamos que estamos destinados.

-Marina...

-¿Si?

Abro los ojos para rozar sus labios con los míos y susurrarle.

-Dejame besarte.

Y sin decir más ella junta sus labios con los mios haciendo que se muevan muy bien y deseo que no acabe, joder me gusta, sabe bien y su olor es más fuerte ese olor a mango y flores silvestres... El olor de mi mate.

Nos separamos con las respiraciones a mil y mirándonos a los ojos entonces me posicionó encima de ella y ella abre las piernas para que me situe mejor y la vuelvo a besar de esta metiendo nuestras lenguas a nuestros besos.

Ella me agarra de la cabeza profundizando más el beso y sin darse cuenta alza un poco si cadera haciendo que mi entrepierna crezca algo y suelte un gruñido leve. No quiero parar... No ahora.

Nos separamos a coger aire pero ella no me suelta y yo sigo posicionado encima de ella. Ambos con la respiración a mil.

-Perdon.- dice derrepente haciendo que yo la miré extrañado, esto está bien... Muy bien lo mejor que he hecho en mi vida.

-No pidas perdón, no lo hagas, es lo mejor que he hecho en mi vuda Marina, nose por qué no me dijiste antes que era tuyo.

Ella me vuelve a besar y tiro de su lacio inferior haciendo que ella suelte un leve gemido. Que bien suena... Nos seguimos besando y rozandonos de vez en cuando hasta que mi alarma suena haciéndo que ambos nos distanciamos.

-Ahora no- digo enfadado.

Ella ríe para quitarme de encima y yo apago mi alarma de las 5:00h.

-Madrugas mucho.

-Enrealidad era para ver a los caballos, algunos de ellos pero me gusta más este plan... Sin contar que no hemos dormido nada.

Ella asiente dándome la razón y la tumbo denuevo para robarle un beso y acostarla a mí lado.

Mi loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora