Cap 37

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Darío

Observo a Marina hablar con una compañera de clase suya, parece enfadada y distraída últimamente lo está.

Me doy cuenta que la observé demasiado cuando su mirada y la de su amiga caen en mi a lo que yo me sonrojo levemente y decido irme. La observo por el rabillo del ojo un segundo donde la veo agachar la cabeza triste... No la estoy ignorando solo que es mi amiga y ahora mi mate.

(...)
Vuelvo a casa y visualizo a Ben concentrado en unos papeles, mamá y papá se irán de viaje y Julietta aunque se quede al manos Ben será el siguiente.

Me parece algo aburrido, decido subir a mi cuarto a fumar un cigarro mientras contempló la vista de mi ventana pensando en aquella pelinegra. Desde que se que es mi alma destinada no dejo de pensar en ella, no puedo negar que desde hace algunos años me llamó la atención si sonrisa y su forma de ser pero pensé que era mis hormonas por la adolescencia sinceramente no llegué a darle mucha importancia.

Tocan la puerta haciendo que aparte mi mirada de la ventana y me deje ver a Eros asomado a la puerta.

-¿Que quieres?-le digo de mala gana.

-Joe si solo son las tres de la tarde que mal humor hermanito, venía a por la botella que te preste el otro día.

-¿La morada?

El asiente y la coge del escritorio y se va dejándome otra vez a solas cosa que agradezco. Me desnudo quedando solamente en calzoncillos y me limitó a mirar el teléfono ya que esta tarde no tengo nada más importante que hacer.

Mi loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora