A PESAR DE TODO [TERMINADA]

🍀 PRÓLOGO 🍀

• Atentas a las fechas. Son importantes.

• Nos vemos la semana que viene con el primer capítulo. Habrá dos por semana 👏🏻

15.09.2010

ANDREA

Dicen que en la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable.

Para mí, todo se resume en él. En nosotros. En lo que hemos sido y jamás seremos. Un secreto que nunca sabrán. Una equivocación muy necesaria. Un ojalá imposible. Un amor verdadero y poco duradero.

Dicen que en la vida todo tiene un límite. Un tope. Un final. Nada dura para siempre. Ni siquiera lo más relevante o valioso. Todo se termina. Hasta la vida misma.

Mi padre entra en mi habitación arruinándome todos los pensamientos. Me quito los auriculares, los guardo en el bolsillo delantero de mi mochila y me levanto de la cama para ponerme de pie.

– ¿Estás lista? - me pregunta desde la puerta.

– Si – me echo la mochila al hombro y con mi otra mano cargo mi maleta.

– Busca a tu hermano. Por su culpa llegaréis tarde.

Echo un último vistazo a mi habitación y toco a la de mi hermano.

– Rodrigo – insisto llamando cuando no me contesta – Es la hora.

– Hablar contigo es lo último que me apetece. Lárgate.

– No eres el único que deja su vida atrás. Esto no es culpa mía.

– ¡Claro que es culpa tuya! - abre envalentonado y se me encara - ¡Por tu maldita culpa vamos a estar aislados en un puto internado!

– Las decisiones de papá no las tomo yo – doy un paso atrás.

– Las toma en base a ti – gruñe con rabia – Eres una cría desobediente, malcriada y desagradable. No te aguanta y no le queda más remedio que mandarte lejos. ¡Y lo peor es que me arrastra contigo! ¿Es que no te das cuenta?

– Lo siento – es lo único que puedo decir.

– ¿Te agrada la idea de dejar nuestra casa? ¿Es eso?

– Me agrada la idea de alejarme de papá – confieso.

– Pues búscate un trabajo y lárgate sola.

– Lo he intentado y no ha funcionado. Lo siento, pero no puedo ser como tú – me doy la vuelta y comienzo a bajar las escaleras. Sé que aún me sigue escuchando – No puedo ser una niña obediente como me pides. No puedo acatar las normas neandertales de nuestro padre. Me niego a estar bajo su mandato. Prefiero estar bajo tierra.

Su puerta se cierra de un portazo y yo me voy directamente al coche donde mi padre nos espera para emprender el viaje hasta nuestro nuevo hogar.

Nunca he tenido mala relación con mi hermano hasta que papá nos amenazó con mandarnos a un internado si no cambiábamos nuestra actitud. Mi hermano obedeció a partir de entonces, pero conmigo no tuvo esa suerte. No estaba dispuesta a seguir sus órdenes después de haberse pasado toda la vida educándonos a base de gritos, insultos y golpes. Me cansé de ser una niña buena con él.

Rodrigo siempre me pedía que cambiara o nos iba a echar de casa, así que obviamente elegí la segunda opción. A mi me salvé y a él lo hundí. Aunque tampoco entiendo como prefiere vivir bajo su techo después de todo lo que hemos pasado. Parece que esas heridas para él no son tan profundas o dolorosas.

Y aunque no lo crea, a mi también me duele dejar mi vida. He dejado a personas atrás. También promesas e ilusiones. He dejado tanto que jamás olvidaré por mucho que vaya a cambiar mi vida a partir de ahora.