🔥 4. CELOS 🔥

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POLO

– Perdona, ¿qué? - pregunto creyendo haber entendido mal.

– Si, tío – afirma Rodrigo tenso – Se han puesto todos de acuerdo para jodernos.

– Sin ánimo de ofender, pero ayer estuve con tu hermana una hora en la Guarida. Creo que no voy a soportar un asalto más – le aviso.

Él y David me acaban de informar que, en la hora que estuve castigado junto a Andrea, la profesora mandó un trabajo de clase por parejas. Y ponen la guinda al pastel diciéndome que mi pareja es Andrea. De dieciséis personas que estamos en clase, mi pareja es la niña rata. Entre tantos.

– Melisa dijo que os vendría bien pasar tiempo juntos – me dice David.

– A Melisa le falta un hervor – mascullo.

– Nosotros tampoco hemos tenido suerte – Rodrigo se masajea las sienes – A mi me ha tocado con Hera y a David con Mateo. Todos vamos a sufrir.

– Todos no – refunfuña David – Martina y Valentina van juntas.

Me dejo caer en la silla con la cabeza entre las manos. Ayer tuve suficiente de la niña rata. Apenas hablamos durante todo el castigo, pero me bastó.

No me gusta tenerla al lado. Mucho menos relacionarme con ella. Nunca hemos coincidido en trabajos a pesar de haber estado un año en la misma clase, pero ahora que los profesores han cambiado de opinión, parece que la suerte no está de nuestra parte.

Me alivia saber que a ella tampoco le hace gracia estar conmigo. Me lo ha dejado bastante claro. Pero un trabajo significa compartir palabras. Y espacio. Y tiempo. Y no sé si estoy preparado para ello.

– Polo – el director me llama desde la puerta de clase – Acompáñame.

Me quedo extrañado y salgo del aula en dirección a su despacho. Estamos a mitad de mañana, justo en el descanso, y es raro que me llame a estas horas. Siempre que tiene que hablar con nosotros, lo hace después, en el horario de la tarde.

– ¿Pasa algo, Edgar? - ando apresurado detrás de él.

– Tienes visita – abre la puerta de su despacho y me indica que entre – Tienes media hora hasta que empiece la siguiente clase.

Entro buscando con la mirada a mi visita y sonrío enormemente cuando Diane se acerca a mi con los brazos abiertos.

– ¡Hermanita! - la abrazo con fuerza – No te esperaba.

– Sorpresa – se separa y me besa la frente – Quería verte.

– ¿Ha pasado algo? - pregunto preocupado mientras nos sentamos.

– Nada – niega con la cabeza – Pasaba por la carretera principal y me he desviado para venir a verte. Le he dicho al director que era una urgencia
familiar – me guiña un ojo.

– Las mentiras piadosas son necesarias – me encojo de hombros.

– Efectivamente. ¿Cómo estás? ¿Necesitas algo del exterior?

– Una pistola y balas. Muchas balas.

– Anda ya – me empuja en el hombro mientras se ríe – Es en serio.

– Tabaco. Se me está acabando. Y... nada más.

– ¿Qué pasa con el alcohol? ¿Ya no hacéis fiestas?

Rebusca en su bolso hasta que me entrega un paquete de tabaco sin abrir. Me lo guardo bien en el bolsillo interno de mi chaqueta deportiva para que nadie lo vea.

– Nos hemos enterado de que los Fýsis tienen botellas escondidas. Se las robaremos y haremos la fiesta esta noche o mañana sábado.

– ¿Algún día os llevaréis bien? - se ríe.

A PESAR DE TODO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora