POLO
– Hola, Diane.
Abrazo a mi hermana con todas mis fuerzas y me devuelve el saludo con muchos besos en mis mejillas. Se sienta en la silla libre y me pongo a su lado.
– Apenas me has llamado estos últimos días – me mira preocupada – ¿Está todo bien?
– Si – le sonrío para que se tranquilice – Simplemente he tenido ejercicios y exámenes de más. La semana que viene es fiesta y nos están bombardeando ahora.
– ¿Qué quieres hacer? ¿Quedarte aquí o venirte conmigo?
– Me voy a ir contigo. Necesito desconectar de este internado por unos días.
– ¿Ha vuelto a pasar algo más? - baja la voz.
– Nadie se ha vuelto a manifestar después del ataque a Hera, pero... siendo realista, no creo que esa persona se vaya a quedar de brazos cruzados.
– Lo importante es que tengas cuidado – me aprieta la mano.
– Lo tendré – asiento.
Me despido de ella quince minutos después para no llegar tarde a clase y hacer el examen que tenemos con Melisa. Intento concentrarme lo mejor que puedo, pero teniendo a Andrea a mi lado es una tarea difícil.
Desde que estuvimos en la fiesta no hemos tenido contacto alguno. Ella se pasa los días con su grupo y Enzo y yo me los paso con el mío y Rut.
No hemos tenido conversaciones acerca de nuestra tregua, ni tampoco de tareas de clase, teniendo en cuenta que somos compañeros de sitio. Tampoco quiero tenerlas, más que nada, porque no la quiero cerca.
Cada vez que cierro los ojos, veo la imagen de ella y Enzo en la cama de al lado durmiendo abrazados y se me revuelve el estómago. Y aunque intento enterrar mis emociones con Rut, tengo claro que ella no me gusta de la misma manera que me gusta Andrea.
Y no sé que pensará ella de mi al respecto, pero sé que no podemos delatarnos. Nadie se puede enterar de nuestra tregua y mucho menos de los sentimientos que han surgido. Porque aunque ella lo niegue o me haga creer que no le gusto... estoy seguro de que esconde sus emociones al fondo de ella. Al igual que yo.
Me mantengo alejado, intento odiarla, pero interiormente no puedo engañarme. Tengo a Andrea clavada en la mente y en el corazón.
– ¡Polo! - me intercepta Rodrigo al salir de clase - ¿Qué pasa, tío? Llevas una semana evitándonos a todos.
– ¿Qué dices? He estado con vosotros en todo momento.
– Siempre estás ausente y desconectado. ¿Qué pasa? ¿Problemas en el paraíso?
– Estoy bien con Rut – pongo los ojos en blanco ante su tono – Estamos bien.
– Pues tu cara de pepino amargado no lo demuestra. ¿Es por tu familia? ¿Has discutido con tus padres?
– No, Rodri, no he discutido con nadie – respondo cansado – Solo estoy agobiado por esta semana intensa de exámenes.
– ¡Venga ya! - se ríe – Si tampoco hemos tenido tantos...
– Basta – lo miro serio – Estoy agobiado y punto. No todos los días pueden ser perfectos. Ya estaré mejor. No pasa absolutamente nada.
– Bueno, tío, solo te quiero ayudar.
– No hay nada en que me puedas ayudar. Gracias igualmente.
Entro en la habitación y suelto las cosas en la cama de mala manera. Estoy tan irascible que ya no puedo controlarme. David también entra a la habitación detrás de Rodrigo y va directamente a la ventana para poder encenderse un cigarro.
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A PESAR DE TODO [TERMINADA]
RomanceAndrea solo tiene una cosa clara, y es que no quiere vivir bajo el mismo techo que su padre por nada del mundo. No soporta su carácter, sus desplantes ni sus abusos. Como última medida, solo le queda pasar los dos últimos años en un internado, lejo...