🍀 22. PESADILLA 🍀

165 12 0
                                    

ANDREA

El castigo que nos impuso Manuel ha terminado durando veinticuatro horas. Justo ahora, estamos saliendo de la Guarida mientras lo seguimos escaleras arriba.

A decir verdad, pienso que ha sido poco para todas las normas que incumplimos. Nos vio enrollándonos y encima fuera del internado. De primeras pensé que nos dejaría aquí al menos una semana. Aunque eso debe de ser demasiado cruel hasta para él.

– Volved cada uno a vuestras habitaciones. Si me entero de que volvéis a salir en lo que queda de noche, las consecuencias serán aún peores – nos advierte – No aguanto una tontería más. ¿Os ha quedado claro?

– Sí, Manuel – contestamos a la vez.

Polo y yo nos dedicamos una última mirada y antes de entrar a su habitación, me guiña un ojo a modo de despedida. Manuel me acompaña la mía y no se va hasta que se asegura de que estoy dentro. En cuanto la puerta se cierra, Sienna se baja de su litera y viene hacia mi.

– ¿Dónde te has metido? Estábamos preocupados.

– He estado castigada – respondo cansada – En la Guarida.

– ¿Con Polo también? Porque no ha estado hoy en todo el día.

– Si. Eh... - pienso en la excusa rápidamente que hemos inventado durante esta tarde – Nos peleamos ayer de madrugada, mientras yo venía de estar con Claudia y él de deambular por el bosque, y el jefe de estudios nos pilló de lleno. Ya sabes que no le gustan los escándalos.

– ¿Qué pasó? - se muestra interesada.

– Nada importante – le aseguro – Las diferencias de siempre. Polo y yo no congeniaremos en la vida – me río nerviosa – No hay manera.

– Ya – tose un poco incómoda – Queda poco para que no tengas que verlo más.

Asiento y le doy las buenas noches. Cuando me meto en la cama, lo último que puedo hacer es dormir. Mi cabeza no para de dar vueltas a dos cosas.

Mi amiga y el asesino.

Este tiempo con Polo encerrados nos ha servido para hablar sobre ello, aunque no hemos llegado a ninguna conclusión.

De la persona que más sospechamos es Manuel, pero luego pensamos que sería un poco inútil por su parte haberse mostrado así frente a nosotros. Con la navaja a la vista, con esa pose siniestra... Nos da por pensar que no estaba haciendo nada malo. Aunque hemos decidido que vamos a vigilarlo a partir de ahora. No le quitamos el ojo de encima a nadie, pero a él lo vamos a tener más en el punto de mira. Además, muchas de las huellas de sangre estaban al lado de la puerta de su habitación. Son muchas coincidencias juntas.

Hera también ocupa parte de mi pensamiento. Sé que está bien, pero hasta que no la vea, no me voy a quedar tranquila.

El Director ha venido a la Guarida en algún momento del día para informarnos que nuestra amiga llega mañana. Supongo que mi hermano estará al tanto.

También he pensado en él. Y aunque Manuel haya dejado claro su amenaza hacia nosotros, necesito arriesgarme y saber como está. Dos días sin verlo es demasiado tiempo.

Sin hacer ruido, me levanto y ando de puntillas hasta salir de la habitación. Recorro el pasillo principal y voy hasta las habitaciones masculinas. Abro la puerta de los chicos y entro lo más sigilosa que puedo.

La única cama que está vacía es la de Enzo. Frunzo el ceño extrañada. No sé donde puede estar a estas horas.

Sin detenerme más, avanzo hasta la cama de mi hermano. Miro de reojo a Polo que duerme como un auténtico bebé. David también está roncando en la cama de arriba.

A PESAR DE TODO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora