POLO
No me puedo creer que haya hecho eso. No me puedo creer que me haya dejado llevar con ella de esa manera.
¡He rozado sus labios y he estado a punto de besarla, joder!
Me remuevo inquieto por el bosque, siguiendo de lejos a mi grupo y con mil cosas en la cabeza. Andrea y yo ni siquiera nos llevamos bien para haberme acercado a ella así. Se empeña en hacerme putadas y en hacer que la odie.
Y es cierto que la mayoría del tiempo me siento asqueado con ella, por eso no entiendo que me ha pasado. Apenas hemos mantenido conversaciones fuera de nuestra alianza. No tenemos nada en común.
No tenía que haber hecho eso, joder. Me castigo internamente porque esa acción solo ha servido para tener más ganas de ella. De completar lo que he empezado y besarla como tanto me apetece. Por todas partes, en todos los lugares.
Pero no puedo permitirlo de nuevo. No, porque ella jamás podría estar conmigo. Y me lo ha dejado claro. Y sé que si no digo o hago algo, no me voy a quedar tranquilo y este tema va a rondar por mi cabeza mucho más tiempo del que quiero.
Su grupo va más atrasado que el mío, porque cada dos por tres paran para estirarse en la hierba y poder observar el cielo mientras hablan y ríen. No les tengo envidia, podríamos hacer lo mismo si no quisiéramos llegar al internado cuanto antes. El frío que hace es mortal para nuestros huesos. Si no llegamos antes de que anochezca del todo, nos convertiremos en muñecos de nieve.
Me quedo más rezagado para esperarlos. Van riendo y corriendo entre ellos, mientras se golpean y se hacen bromas. Nate lleva un palo largo metido entre las piernas gritando a los cuatro vientos que es la nueva Kika Superbrúja. De vez en cuando intenta metérselo a Mateo por el culo y me tengo que reír.
Aprovecho que Andrea se ha separado de ellos y va hacia unos árboles lejanos. Se está bajando los pantalones supongo que para hacer pipí, pero antes de que se baje también la ropa interior me acerco corriendo y la detengo.
– ¡Polo! - masculla ruborizada mientras se sube los pantalones malamente.
– No era mi intención verte así – dejo claro – Pero no te despegabas de ellos.
– ¿Qué quieres? - pregunta serena recuperando la compostura.
– Decirte que lo de antes ha sido un error. No sé que me ha pasado.
– No... - traga duro – No pasa nada. Está bien.
– No eres la única que tiene a alguien. Lo siento.
– ¿Hablas de Rut? - se acerca despacio.
– ¿Qué mas da de quién hable? - río amargamente – No se puede volver a repetir.
– Ya. Pues aplícatelo – me señala y se da la vuelta para irse.
No me ha pasado por alto el tono amargo de sus palabras. No sé que pensará de mi, pero si algo he averiguado es que la presencia de Rut a mi lado no le agrada en absoluto.
Es algo que me hace sentir imponente y liviano a la vez. Imponente porque si siente algo por mi debería demostrarlo, y liviano porque me da la certeza de que ese algo si existe, y que simplemente lo está escondiendo.
Aún así no me puedo poner a descartar sentimientos que no tengo bajo control. Ni siquiera tengo los míos, mucho menos voy a tener los de ella.
Y aunque yo no esté enamorado de Rut como ella lo está de otra persona, sí que me gusta lo suficiente como para querer guardarle respeto. Cosa que también me sirve a mi para dejar a un lado todas las tonterías que he sentido por Andrea y todos los cagadones que he estado a punto de cometer.
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A PESAR DE TODO [TERMINADA]
RomanceAndrea solo tiene una cosa clara, y es que no quiere vivir bajo el mismo techo que su padre por nada del mundo. No soporta su carácter, sus desplantes ni sus abusos. Como última medida, solo le queda pasar los dos últimos años en un internado, lejo...