「 𝟎𝟑 」

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SPACE.
ARK.
08.00 A.M.
24.11.2236.

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4.706 días hasta el aterrizaje.

Secrets through my veins.

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La siguiente vez que desperté, habían pasado cuatro años más

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La siguiente vez que desperté, habían pasado cuatro años más. No lo sabía en ese momento, por supuesto. Lo primero que hice fue revisar mi pierna, esperando ver una gran herida. Para mi sorpresa, apenas había una pequeña cicatriz que delataba lo que había sucedido. Me quedé mirando la marca, tratando de procesar la realidad. La última vez que la vi, el corte era fresco y doloroso. Ahora, era solo un rastro leve, casi como si nunca hubiese sucedido.

Miré alrededor de la habitación y noté a Abby sentada en un escritorio, leyendo con atención. El mismo escritorio que encontré cubierto de polvo e inutilizado, ahora parecía una estación de trabajo activa, llena de papeles y dispositivos.

—Abby —llamé su nombre con voz suave, aún adormilada.

Ella levantó la vista de su lectura, sonriendo al verme.

—Lily. ¿Cómo estás? —Se levantó rápidamente y se acercó a la camilla.

—Bien... bien. Pero, ¿por qué solo tengo esta cicatriz? —pregunté, señalando mi pierna, confundida por lo rápido que había sanado.

—No te preocupes por eso ahora —dijo, eludiendo mi pregunta con la misma facilidad con la que se movía por la habitación. Se acercó con una pequeña bandeja y comenzó a preparar una vía intravenosa—. Ven, tenemos que darte la segunda dosis. Relájate.

Obedecí, dejando que mi cuerpo se aflojara mientras sentía la aguja atravesar mi piel. La sensación era fría, pero no desagradable. Casi reconfortante.

—¿Me dejarás volver a salir? —pregunté, intentando mantener la conversación.

—Intenta no hablar mientras la vía está puesta. Podrías marearte mientras el suero se administra —respondió con un tono suave, pero firme.

A regañadientes, cerré la boca y me concentré en mi respiración. Poco a poco, una extraña sensación de tranquilidad comenzó a invadirme, a la vez que el frío suero se expandía por mis venas. Mi mente, siempre tan llena de pensamientos y preocupaciones, finalmente encontró un respiro.

Intenté concentrarme en el alivio que sentía y encerré esos pensamientos de que pronto acabaría y volverían los pensamientos martilleantes. Y luego, ¿qué haría?

𝐋 𝐈 𝐋 𝐈 𝐔 𝐌 ⸻ 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙖𝙢𝙮 𝘽𝙡𝙖𝙠𝙚 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora