𝐋 𝐈 𝐋 𝐈 𝐔 𝐌 ║ 𖤓 ☣︎ ☢︎ ❃
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❝ Es bonito, pero si lo arrancas morirá ❞
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𝑳𝑰𝑳𝒀 𝑱𝑶𝑯𝑵𝑺𝑶𝑵. Nacida en la Tierra en el año 2000.
Se crió la mayor parte de su vida con una familia que la quería...
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La atrapé en el último segundo.
Los segundos parecieron horas mientras retrocedía, arrastrándola conmigo hasta que ambas caímos al suelo con un golpe seco. Sin soltarla, pasé mis brazos alrededor de su cintura, pegando su espalda contra mi pecho.
Mi respiración era errática, y no me di cuenta de que estaba llorando hasta que las lágrimas me nublaron la vista, cayendo sobre su cabello.
Miedo. Alivio. Angustia. Dolor. Culpabilidad. Tristeza. Se entremezclaban con otras mil emociones más, haciéndome perder el rumbo de mí misma.
Alrededor, el ruido era ensordecedor, y a la vez incomprensible, como si estuviera atrapada bajo el agua.
No fue hasta que sentí una mano en mi brazo que volví al presente.
—Lily, ya ha acabado todo —susurró Bellamy, con una delicadeza y calma que no llegué a comprender.
Parpadeé, dando unas últimas bocanadas de aire antes de regular mi respiración. Solté a Charlotte manteniendo mis manos alerta, aún sin confiar del todo. Ella giró para mirarme, desvelando su rostro empapado en lágrimas.
—Lo siento… lo siento tanto —comenzó a repetir entre sollozos, mientras enterraba su cara en mi cuello.
Solo pude volver a rodear mis brazos en su cuerpo abrazándola fuertemente. Le susurré unas palabras de aliento antes de alejarla de mí tomándola de la cara, le limpié las lágrimas y le di una sonrisa para que entendiese que todo estaba bien. Incluso si era mentira.
—Ya está. Todo ha acabado. Volvamos al campamento —dijo Bellamy, colocándose junto a nosotras. Con cuidado, tomó a Charlotte de los hombros y la ayudó a levantarse.
Finn se acercó, su expresión más suave que de costumbre, y le hizo un gesto.
—Ven, vamos —le dijo tomándola de la mano mientras comenzaba a guiarla hacia el resto del grupo.
Miré a mi alrededor. Murphy ya no estaba. Había desaparecido totalmente, y del grupo que quedaba comenzaron a regresar al campamento.
Vi cómo Bellamy me tendía la mano y la agarré. Sin darme tiempo para reaccionar, me envolvió en un abrazo firme. Me quedé inmóvil por un segundo, sorprendida, pero pronto le devolví el gesto. En ese momento, necesitaba alguien que compartiera lo que sentía. Y ese alguien era él.