「 𝟐𝟎 」

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EARTH.
DROPSHIP CAMP.
03.30 A.M.
22.09.2249.

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Día 10 sobre la Tierra.

Isn't it really hot in here?

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Apocalypse. ⏯

Sentí cómo alguien me zarandeaba, y poco a poco fui despertando

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Sentí cómo alguien me zarandeaba, y poco a poco fui despertando. Abrí los ojos, parpadeando, para encontrar la figura borrosa de alguien dentro de mi tienda.

—Te toca hacer guardia —dijo esa voz, algo apagada por mi somnolencia.

Tardé unos segundos en ubicarme. Todavía había mañanas en las que despertaba pensando que estaba en mi cama, en mi piso. Pero no, el apocalipsis había sucedido hacia unos 100 años.

Al menos podrían haberme despertado para verlo, seguro que la imagen de los puentes colapsando, los aviones cayendo al mar y las ciudades haciéndose polvo fueron dignas de ver.

Asentí mientras me incorporaba, todavía medio dormida. Murphy, la sombra que había venido a avisarme, ya se marchaba sin añadir nada.

Me desabroché la chaqueta que usaba para dormir y me vestí a toda prisa, tratando de exponerme lo menos posible al aire helado de la madrugada. Aún así, el cambio de temperatura obligó a mi cuerpo a comenzar a tiritar buscando entrar en calor.

Había solo cinco puestos de guardia, y normalmente solo había una persona o, con suerte, dos en cada uno. Hoy me tocaba en el norte.

Cuando llegué, vi a Bellamy. No me sorprendió; siempre hacía más turnos de los que le correspondían.

—Buenos días —murmuré con voz ronca, todavía adormilada. Me acerqué y me senté a su lado. Sorprendentemente me di cuenta que hacía mucho menos frío ahí que en la tienda.

Él respondió con un leve movimiento de cabeza.

No habíamos hablado en los últimos días. Todo había estado demasiado revuelto. Clarke y él habían retomado su pelea por el control, y yo había optado por desentenderme, dejando que la rubia manejara el asunto.

El tiempo pasaba lentamente, más de lo habitual. Solo había hecho un par de guardias antes de esta, pero fueron con Finn y Fox, y al menos con ellos había conversación.

Con Bellamy era distinto. Siempre parecía que, cuando hablábamos, era para discutir o para reconciliarnos. En ese instante no sabía ni por dónde empezar.

Quizá deba empezar por la acción que ha generado la tensión de los dos últimos días entre nosotros.

—Lo siento —murmuré al cabo de un rato, recordando cómo había llevado a Octavia al río, poniéndola en peligro—. Por lo de tu hermana.

𝐋 𝐈 𝐋 𝐈 𝐔 𝐌 ⸻ 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙖𝙢𝙮 𝘽𝙡𝙖𝙠𝙚 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora