𝐋 𝐈 𝐋 𝐈 𝐔 𝐌 ⸻ 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙖𝙢𝙮 𝘽𝙡𝙖𝙠𝙚 ¹

「 𝟐𝟗 」

I like the way you kiss me. Just my imagination. ⏯

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Three words, eight letters.

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DROPSHIP CAMP.
26.09.2249.
Día 14 sobre la Tierra.

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Nos pasamos la tarde hablando con el consejo, soportando sus preguntas y su aparente preocupación, dejadme que dude de esta cuando fueron ellos mismos los que dijeron que éramos prescindibles. Sin embargo, por muy fastidioso que fuese no quería que nunca terminase porque lo que vendría a continuación era mucho peor que escuchar durante horas a los del Arca. Pero eventualmente llegó: me tocó enfrentar a las familias de los fallecidos y comunicarles que sus hijos ya no vivían.

Cada palabra salía de mi boca entrecortadamente, aunque intentase esconderlo, me dolía ver como todos y cada uno de los progenitores se quebraban delante mío. Intentaba suavizar el golpe de la noticia con frases que, aunque bien intencionadas, sonaban vacías incluso para mí. Les decía que sus hijos habían sido felices en la Tierra, que se habían vuelto muy cercanos con los otros jóvenes y que lo sentía, lo sentía mucho.

Al salir de la tienda, el aire fresco me golpeó, y por un momento me quedé allí, inhalando profundamente, dándome unos segundos para recomponerme. Parpadeé varias veces y carraspeé antes de comenzar a andar. Habían mencionado un almacén cercano y tenía que encontrar a Clarke para organizar la salida.

—Ey, ¿sabes dónde está Clarke?

La chica a la que le había preguntado levantó la vista de lo que estaba haciendo, se secó las manos en los pantalones y respondió:
—Está curando a Finn.

—Gracias —contesté, conteniendo la apatía en mi interior.

Me dirigí a la tienda que compartían Finn y Raven. Sabía que no tenía derecho a molestarme, pero la situación entre ellos y Clarke era un caos constante, y eso inevitablemente nos arrastraba a todos los demás a sentirnos incómodos cuando alguno estaba cerca. Al llegar, llamé desde fuera, apartando la cortina lo justo para hacerme notar.

—Clarke.

Por suerte, no tardó mucho en salir.

—¿Cuándo vamos al almacén? —pregunté directamente.

—Iremos Bellamy y yo mañana al alba —dijo, cortante. —Ya se lo he dicho.

Comenzó a caminar sin siquiera esperar mi respuesta, como si la conversación hubiera terminado ahí.

—¿Qué? No, yo también voy —repliqué, con firmeza.

Ella se detuvo en seco y giró para mirarme, claramente irritada. Su mirada parecía más afilada que de normal, y me di cuenta de que su molestia no era solo conmigo. Probablemente tenía que ver con que acabase de salir de la tienda de Finn.

—Uno de nosotros tres tiene que quedarse. Y yo voy. Así que si quieres venir, habla con Bellamy para intercambiaros. —Se encogió de hombros, dándome una única alternativa, y sin esperar respuesta, volvió a darse la vuelta y se metió en su tienda.

Suspiré, frustrada. Estaba cansada de ir de un lado para otro, de que me echasen de todos lados, de tener que convencer a todos de mis decisiones, sabía que si lo mismo que había dicho yo lo dijese alguien más sí que lo escucharían.