Casa Granger-
-Cuando Alarik despertó y miró a Hermione, supo que la habían encontrado. Suspiro pensando en que se sentía como una completa tonta por armar tanto escándalo.
Se acomodo mejor en aquel sofá donde Sandra le había indicado poder dormir un poco, no quería hablar de lo sucedido con nadie, ni siquiera con Hermione.
La castaña por otro lado tenía un fuerte deseo de abrazar a Alarik, jamás la había visto así de frágil. Nunca creyó que Alarik pensara en que el Orfanato Prestok's fuera su lugar seguro si de problemas en casa se trataban.
Aquel mismo lugar del que tanto se rehusó a hablar por tantos años ahora hacían entender a Hermione que Alarik no lo había olvidado del todo; ella quería intentar entender más por qué era así, ¿por qué no fue a casa? ¿Por qué prefirió el Orfanato?-
Hermione: Yo...
Alarik: Podrías no decirle nada de esto a Wendell. -interrumpió-
Hermione: Si así lo deseas. -suspiro- ¿Puedo...
Alarik: No quiero hablar de eso. -murmuró-
-Hermione asintió, no quería agobiarla más de lo que ya estaba. Así que solo se sentó a su lado y se quedó callada hasta que su madre o Sandra llegarán.
Por la mente de Alarik solo estaba la culpa, era una niña de doce años que solo quería sentirse en una familia; pero ahora su propia familia la hacía sentirse incomoda, sentía que estaba fallando y que no era digna de ser adoptada.
El pensamiento de volver a ver a Remus regreso a su mente. ¿Y si le escribía una carta? Él le había dado su dirección por si quería mandarle una en el verano. ¿Por qué no mandarle una carta de rescate?
Lo que menos quería era estar con los Granger, podía pedirle que la llevara con él, al menos hasta que regresarán a Hogwarts.
Pasaron casi treinta minutos cuando la puerta fue abierta por Jean. La mujer entro con una sonrisa tímida acercándose a Alarik, se agachó para estar en la misma altura que la ojigris tenía al estar sentada, y cuando Jean quedó de frente, miró aquellos ojos un poco hinchados de tanto llorar.
A Jean se le partió el corazón, daría lo que fuera por nunca ver a Hermione o a Alarik llorando, porque jamás llorarán o estuvieran tristes-
Jean: ¿Quieres ir a casa, cariño? -susurro en un tono lindo y maternal-
-Alarik asintió. La verdad es que no quería, pero necesitaba ir para recoger sus cosas y mandarle la carta a Remus cuanto antes. Solo esperaba que él aceptará.
Hermione, Jean y Alarik salieron de aquella oficina, se despidieron de Sandra, Alarik abrazándola por más tiempo del que creía que era necesario porque no sabía si la iba a volver a ver tarde o temprano.
Después entraron al auto y en todo el camino Alarik no pronunció ninguna palabra. Solo estaba recostada en el asiento trasero, pegada a la ventana y mirando aquel cielo nocturno que estaba a su alrededor. Pensaba en que era más grandioso ver la noche a través de la ventana de su habitación en Hogwarts que dentro de aquel auto.
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A MIS OJOS, TU ERES - G!P
FanfictionTodo comenzó aquella mañana de agosto, cuando el señor y la señora Granger habían tomado una decisión que cambiaría la vida de Hermione no sólo para evitar dejar de sentirse sola y excluida del resto de los niños, sino que también habían adoptado a...