C: 7 - EL HOMBRE DE LOS SUEÑOS

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Hogwarts-

-Estar en Hogwarts una vez más hacía feliz a Alarik. Había extrañado a sus amigos, incluso los ronquidos de Ron y el olor a pies de Harry que invadían las fosas nasales de la ojigris al dormir. Hasta la baba de Neville había extrañado.

Ella, al igual que Hermione le habían llevado regalos a los tres niños, incluso Hermione le llevo uno a cada una de sus compañeras de habitación y eso había hecho que ella se uniera más a aquellas niñas con las que dormía en el castillo.

Las protagonistas también recibieron regalos, los famosos suéteres Weasley tejidos por la madre de Ron quien gracias a su hijo supo de la existencia de ellas y le parecían unas grandes niñas; por parte de Harry Alarik recibió un calcetín, en honor a sus pies malolientes según él. Hermione recibió una libreta de apuntes y dos libros de historia de la magia que ella tanto agradeció; Neville les regalo dulces, no sabía mucho qué darles ya que no convivía demasiado con ellas, al menos la castaña, pero al tenerles un cariño no podía llegar a Hogwarts sin un presente por las fiestas.

Y así fue como todos pasaron aquel año nuevo y todo ese mes de enero llenos de felicidad y con baterías recargadas de haber visto a sus familiares y personas queridas.

Febrero había llegado, aún con el frío en el castillo los estudiantes seguían sin querer guardar sus capas, gorros, guantes y bufandas. Todos se querían proteger y resguardar del helado clima que había afuera.

Pero a mitad de clases con el profesor Remus Lupin, aquellos niños de primer año habían decidido quitarse algunas de esas prendas que los mantenían calientes. El profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras había hecho un hechizo de calefacción en todo el aula y eso alegraba a los estudiantes a querer hacer con más ganas aquellas prácticas que el hombre de cicatrices había explicado al inicio-

Remus: ¡Vamos niños, ya saben hacerlo! -gritó animando a los estudiantes-

-Por todo el aula un "Protego" se escuchaba de cada una de las bocas. Un rubio platinado y de ojos grises incluso gritaba divertido cuando aquella niña pelinegra y de ojos verdes le había lanzado un "Expelliarmus" que él de forma hábil pudo evadir-

Draco: ¿Eso es todo lo que tienes, Parkinson? -sonrió divertido-

Pansy: ¡Ya veras! -murmuró ofendida-

-Remus rió divertido siguiendo con la caminata por todo el aula para mirar los avances de sus estudiantes.

Se detuvo en un pelirrojo que nervioso se intentaba proteger de un azabache con lentes circulares que reía divertido por quitarle la varita a su amigo-

Ron: Avisame cuando lo lances. -murmuró apenado-

Harry: El chiste es agarrarte desprevenido, Ron. -rió bajo-

Remus: Sigue practicando, Ron. Eres más ágil de lo que crees, cree en tu magia. -sonrió-

-El pelirrojo asintió animado y siguió con lo suyo mientras Remus caminaba deteniéndose ahora en una azabache que contrarrestaba cada expelliarmus que su castaña compañera le mandaba.

Remus sonrió fascinado recordando la misma habilidad mágica para esa misma materia en el tío de aquella niña, incluso en su padre. Recordaba incluso la vez que la madre de aquella niña de ojos grises salió disparada por su compañera pelirroja y de ojos verdes, con quien había hecho equipo en esos años que ellos practicaban como estudiantes en ese mismo Colegio-

A MIS OJOS, TU ERES  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora