C: 31 - A HURTADILLAS

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Hogwarts-


-Una semana había pasado desde que un castaña y una azabache habían iniciado aquel romance que las llevaría al mundo del amor.

Hogwarts jamás se sintió tan hermoso y acogedor como ahora Hermione lo sentía, si antes ya lo sentía divertido gracias a las clases, la biblioteca y sus tareas; ahora sentía que ese castillo sin duda marcaría un gran e importante punto en su vida, uno donde por primera vez conoció el amor, uno donde siempre recordaría aquella escena de ella y Alarik abriendo sus sentimientos y declarando cuanto se amaban, cuanto se querían.

Ella en serio que no podía estar más feliz, pero si había algo más feliz que recordar aquella noche de baile donde por fin logró ser novia de Alarik, y era besar a Alarik. Así que esa tarde de año nuevo, ella estaba más que encantada, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo al mismo tiempo que la serotonina la llevaba a tener un mejor estado de ánimo que el que comúnmente tenía.

Corría junto a Alarik, corrían con sus manos entrelazadas, escondiéndose en aquellas grandes y largas estanterías de libros de la biblioteca, perdiéndose de todos los que estaban en ese lugar... y cuando no había nadie, con una sonrisa, Alarik acorralaba a Hermione y la besaba con tanta pasión que les era imposible separarse, y solo lo hacían cuando escuchaban pasos cerca de ellas o la falta de aire llegaba a sus pulmones.

Pero ahora se habían detenido en el final del último pasillo, Alarik con sus manos una en cada lado de los hombros de la castaña. Hermione rodeada y acorralada entre el mueble de madera y de su novia... pero no se quejaba, por Merlín, estaba tan agusto de aquella forma que jaló hacia ella aquella corbata roja con dorado para recibir en un apetitoso y necesitado beso a su ojigris.

Ambas besándose con amor, con emoción... con mutua pasión. Alarik sintió como Hermione le mordía su labios inferior y, soltando un pequeño jadeo, abrió sus ojos-

Alarik: Eres muy traviesa, ¿te lo habían dicho? -sonrió divertida-

Hermione: Estoy besando a mi novia, ¿hay algún problema con eso? -sonrió altanera-

Alarik: Si. -respondió sonriendo-

Hermione: ¿Y cuál...

Alarik: Que también quiero divertirme. -respondió antes de volver a besar a la castaña-

-Y así una vez más ambos labios se conocían. Los zapatos negros de Hermione se alzaron para alcanzar más aquella boca que le generaba millones de sensaciones.

Los tan típicos y famosos zapatos cafés de Alarik seguían en la misma posición, dándole cara a aquellos negros de la castaña. Mientras que su cuerpo sentía una alegría inmensa. Su novia era Hermione Granger, por Merlín, eso no cualquiera podía decirlo.

Pero ella si. Y estaba feliz. Pero lamentablemente, escucharon unos pasos aproximándose a donde aquel nidito de amor sigiloso estaba, y con mala gana, tuvieron que separarse para correr hasta la banca que estaba pegada al fondo del pasillo, agarrando de paso un libro cada una y sentándose de golpe una a lado de la otra.

Y cuando aquellos pasos llegaron a ella, dejaron ver a una chica de su casa, un año mayor que ellas, Angelina Johnson, aquella chica alta de piel negra que siempre estaba peinada con delgadas trencitas. Miró raro a las dos chicas, quienes parecían leer atentamente aquellos libros que tenían, pero se confundió cuando vio que el libro de Alarik estaba al revés, además de que era un libro de cómo quitar el acné de la cara.

A MIS OJOS, TU ERES  -  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora