C: 49 - UNA CITA MUGGLE

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Centro comercial
del distrito de
Hampstead-


-Hermione apenas llegó frente a la fila para pedir los boletos, se detuvo, con una Alarik jadeando por casi haber corrido todo aquel tramo en menos de un minuto.

La azabache pensaba que su novia en serio era rápida, claro, solo cuando le convenía. Aun así, Hermione la soltó, girandose para quedar frente a ella mientras se añadían a aquella fila, siendo ellas el número tres en pasar-

Hermione: Es una película romántica. -mencionó con ilusión-

-y Alarik, a pesar de que prefería las películas animadas y de diversión, no protesto, solo sonrió y asintió a su novia, quien no quito aquella sonrisa de emoción total como niña pequeña que tenía desde que salió de la casa-

Alarik: Se escucha increíble.

Hermione: ¡Lo sé! -expresó emocionada- Es de las mejores en taquilla, créeme, vale la pena.

Alarik: Lo sé, si te pone así, es porque sí se espera mucho de ella.

Hermione: Quisiera contarte la sinopsis, pero no quiero arruinarte la película. -comentó inocente-

Alarik: Descuida, cariño, la veré contigo en poco tiempo. -le sonrió-

-Hermione asintió, estaba completamente feliz, sin duda esa cita al estilo muggle había sido la más perfecta idea que en su vida había tenido. Hace mucho que no hacían algo de ese estilo, solo ellas dos, y la verdad, es que estaba amando cada momento.

Cuando menos lo espero, ella y Alarik por fin llegaron hacia la vendedora de boletos, donde ella con una enorme sonrisa y amabilidad, escogió su película y dos boletos. Claramente Alarik pago después de un piedra, papel y tijeras, pero al momento de salir de esa fila y dirigirse a la barra de golosinas, la castaña la miró con un pequeño puchero-

Hermione: Yo pago las palomitas de maíz, ¿sí?

Alarik: Pero...

Hermione: Por favor. -susurró, intensificando más aquel puchero-

-el mismo que Alarik no pudo controlar, y lamentablemente, cayó rendida, aceptando aquel trato que Hermione le había dado.

Aun así, cuando fue su turno de escoger, no dudo en elegir barras de chocolate, desde que conocía a Remus, esas habían empezado a ser sus favoritas.

Y cuando ya estaban listas, con las entradas en mano, sus caramelos, palomitas y sodas, se adentraron hasta la sala de cine, donde por suerte, justo como Hermione quería, fueron las primeras en llegar-

Alarik: ¿Qué asientos tenemos? -preguntó mirando a su novia, mientras cargaba la charola donde venían todas las cosas-

Hermione: Tenemos que subir hasta los últimos asientos. -le sonrió- Ven, yo te guió.

-la azabache asintió sin decir una palabra, concentrándose más en no tirar la charola con comida, que en cualquier otra cosa.

Y por suerte, logró llegar a su asiento con las cosas intactas. Hermione, al verla sentarse a su lado, sonrió con emoción-

Alarik: ¿Y qué película veremos? -preguntó curiosa-

Hermione: Titanic. -respondió de inmediato-

-y Alarik solo la miró divertida.

Era claro, ¿cómo no se le ocurrió que la única película de romance que a su novia le gustaba, era la de su propio libro favorito muggle?

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⏰ Última actualización: Jun 22 ⏰

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