CAPITULO 1

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Laura

La música, los alardeos y las risas no paraban. La oficina estaba repleta de gente que solo hacía una cosa, beber, comer y brindar por haber cumplido con su objetivo de hace más de dos años, acabar con el "Cártel Forja del Norte" establecido en Monterrey desde hacía ya nueve años.

El caso había pasado a manos de la DEA cuando la policía local, incluso la guardia nacional había tenido resultados nulos en las investigaciones; además de estar ocupados con demás cosas en otras ciudades de la república mexicana.

Todos los involucrados directamente nos reunimos en el centro y brindamos por haber terminado victoriosos y sin ninguna baja; el alcohol parecía no acabarse y la música cada vez se hacía más fuerte.

Me decidí por tomar una copa de vino y alejarme después de responder algunas cosas a ciertas personas que había visto solo un par de veces en el edificio. Algo con lo que lidiaba a diario, era la presión social; no era buena socializando y para evitar el estrés que eso me causaba, me alejaba un momento para poder despejar mi mente y centrarme.

Y ver que, poco a poco, la razón por la que decidí entrar al caso se iba solucionando. Ambos podían estar tranquilos sabiendo que se estaba haciendo justicia.

Tomé una copa de vino de la mesa y me senté en la que estaba hasta la esquina contraria al ventanal. Mientras observaba todo lo que ocurría en la celebración central, no pude ocultar la risa boba que se dibujó en mi rostro al recordar cómo había llegado ahí.

Casi cuatro años antes, llegué a la ciudad después de mi entrenamiento como agente en cubierto. Mi superior y quien me había dado la oportunidad de demostrar de lo que estaba hecha; vio mi potencial para acoplarme a situaciones difíciles; no me temblaba la mano ni la voz para tomar decisiones en momentos cruciales.

No me gustaba vanagloriarme de las cosas que hacía o no; pero al infiltrarme y estar tan cerca del capo, nos sirvió para conseguir la información que necesitábamos para ahora celebrar como lo estábamos haciendo.

—¿Te estás divirtiendo?— una voz familiar me sacó de mis pensamientos; de reojo, mientras terminaba de tomarme el último trago de mi copa, Carlos se acercó con una llena y me la entregó con una sonrisa.

—Hacía mucho que no vivía una fiesta como estás— por fin ladeé la cabeza para mirarlo de frente; sonreí a labios cerrados, al ver que él no borraba ese gesto tan implantado en su ser.

—¿Desde qué viniste para acá?, o ... ¿Desde qué...?— no termino de preguntar, regrese mi mirada al frente, observando al tumulto de gente al centro de la oficina.

Ese tema ya no me dolía, o eso hacía parecer. Había puesto una muralla muy grande y profunda para que eso no entrara de nuevo a mi corazón, ya no debía hacerlo; como fuera, no era el momento para recordarlo.

No ese día.

—No, Carlos— suspire —Quizás lo deje de vivir cuando cumplí los once años— bebí de la copa —Cuando mis padres nos llevaron a Estados Unidos perdí total contacto con el resto de mi familia de aquí y pues no había ni tiempo para pensar en hacer fiestas si quería hacerme un hueco en el FBI— sentía su mirada fija en mí —¿Tienes un cigarro que me regales?— pregunté cambiando de tema.

Carlos buscó entre todas las bolsas de su saco y pantalón hasta que sacó una cajetilla junto a un encendedor. Me extendió varias cosas, abriendo con su pulgar la tapa de la cajetilla. Me incliné un poco para alcanzarlo, tome el encendedor y con un par de dedos, tomé un par de cigarrillos.

Lo encendí y cuando regresé la mirada a mi acompañante tenía plasmada una sonrisa en el rostro, ahora mostrando sus dientes y haciendo notar unas pequeñas marcas que simulaban ser hoyuelos.

Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora