CAPITULO 26

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Laura

El día siguiente él estaba preocupado porque yo me quedara ahí. No quería que la situación de Oliver se complicara, y yo le explique lo que había pasado la tarde anterior. Él se quedó menos preocupado.

Veía en sus ojos que quería hablar sobre las cartas, quería decirme algo; pero creo que entendía que no era el momento para hacerlo. Antes de que lo dieran de alta, Murphy me contó que no quiso decirle exactamente que hacía en mi casa; pero que si confirmaba lo que había dicho Oliver.

—¿Listo para irte?— pregunte cuando se empezó a vestir con la ropa que Steve le había llevado.

—No aguanto los hospitales igual que tu— se quejó, pues al ponerse la camisa tuvo que hacer esfuerzo con la costilla. Me acerque y le ayude a colocársela.

—Te voy a llevar a tu casa— comenté abrochando los botones de su camisa. Al no obtener respuesta mire su rostro y él me estaba mirando los labios, tragué saliva y me aleje después de terminar.

Llegó el doctor y le dio la alta; después de decirle las medidas que debía tener para que las costillas sanarán más rápido. Le dio algunos analgésicos leves y unos más fuertes por si el dolor era más intenso con el paso de los días. Y ungüento para disminuir los hematomas.

Lo conocía tan bien que sabía la pregunta que iba a hacer a continuación...

—¿Puedo ir a la oficina?— sonreí ante ello. El me miro y ladeó la cabeza.

—Conozco su trabajo, así que... puede asistir, pero por lo menos en un mes no debe hacer esfuerzos— contestó el medico resignándose.

—¿Un mes? Pero...— lo interrumpí esta vez

—Está bien doctor, yo me encargo de que lo cumpla— el miró y se retiró después de extenderme la receta con el nombre de las medicinas. Acompañe a Javier al auto y lo deje mientras iba a la farmacia.

El camino fue tranquilo, el atardecer se veía hermoso. La playa era mi lugar favorito para vacacionar, me encantaba el mar y la arena. Y claro que las puestas de sol.

Llegamos al edificio y subimos las escaleras hasta su casa. Yo detrás, sabía que no le gustaba que sintiera lastima por él; pero solo era precaución para evitar que se lastimara más.

Abrió la puerta de su casa y entramos, aventó las llaves a la mesa del comedor y volteó hacia mi —¿Quieres tomar algo?— preguntó, yo negué cerrando la puerta detrás de mí.

Me acerqué e inconscientemente lo abrace. El sorprendido me correspondió de igual manera, apretándome contra su cuerpo lo que las costillas le permitían; yo deje mis manos en su cuello atrayéndolo despacio y permitiendo que toda la preocupación que en esos días tuve con respecto a él se dispara.

Lo escuche suspirar, pero no de alivio, sino resignado a afrontar las cosas. Me conocía perfectamente.

—¿Por qué no me preguntas lo que quieres saber?— rompió el silencio y con ello el momento. Me separe de su abrazo.

—¿Por qué?— no me respondió —¿Por qué no me lo dijiste?— seguía callado —Creí que habías jugado conmigo...— al decir eso me miro, ya sabía lo que pensaba desde hace meses, pero enfrentarlo no era lo mismo que escucharlo —Que me habías utilizado... que no me amabas— eso ultimo lo solté como un sollozo que logró sacar un par de lágrimas que él limpió con su pulgar.

—¿Cómo puedes creer eso Laura?— susurró —Eres la única persona que me hizo experimentar lo que realmente es amar; mi motivo para seguir—

Tragó saliva.

Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora