Extra (CAPÍTULO 7)

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Javier

Desde la noche anterior, Laura termino de empacar la maleta que se llevaría a Kentucky; desde siempre le había admirado por su responsabilidad. Si fuera por mi parte, la maleta la hubiera hecho un par de horas antes y seguro se me habría olvidado cualquier cosa indispensable.

Desde que le dieron los boletos a Laura, le dijimos a Romina que se tendría que ir por un par de días. Al inicio se puso triste porque era muy cerca de Navidad, pero cuando su mamá le hizo un calendario a mano en el que tachara los días que pasaran para que regresara, lo aceptó feliz.

—¿Puedo dormir con papá?— preguntó con emoción

—Si él acepta, claro que puedes— le paso el dedo índice por su nariz —Cuida mi lugar—

Romy asintió con una sonrisa —Buenas noches, mami— se acomodó como siempre, de lado mirando a la puerta, donde me encontraba yo —Buenas noches, papi—

—Buenas noches, mariposa—

—Me gusta que me digas así— cerró sus ojitos —Los amo— apagué las luces luego de que Laura saliera de la habitación.

No estaba acostumbrado a estar separada de ella. Y tampoco me gustaba que estuviera lejos, me hacía sentir la misma sensación que esos 5 años en los que nos vimos obligados a hacer distintos caminos.

Pero sabía que ella debía salir sola. Había confianza y libertad por parte de ambos, nunca existiría algo que nos condicionara.

—¿A qué hora sale tu vuelo?— pregunte deteniéndome detrás de ella. Estaba frente a la tarja de la cocina terminando de secarse las manos.

—A las 5 de la mañana— al sentir mi cuerpo tan cerca, dio un paso hacia atrás y se recargó en mí. Sin decir nada, tomó mis manos e hizo que rodeada su cuerpo.

—Te llevo— murmuré en su oído.

—¿Y la niña?— escuche su tono preocupado, pero estaba más cansada que nada —Debes prepararla para ir a la escuela—

—Ya está de vacaciones, amor—

—Es cierto— bostezó

—Puedo encargársela un poco a mi papá, irte a dejar y estar aquí listo. Apuesto que ni siquiera va a estar despierta—

—Si, en eso se parece mucho a ti—

Se rio y sentí su cuerpo descansar más sobre el mío.

—Ven...— la solté, escuché como se quejó por cortar el contacto de mis manos sobre su cuerpo. Aunque jadeó sorprendida cuando la levante con mis brazos.

Uno bajo sus rodillas y otro en su espalda.

—Me encanta estar aquí— murmuró sobre mi cuello, luego de rodearlo con sus manos para sostenerse.

—¿En mis brazos o en el aire?—

—Ambas— subí las escaleras con cuidado de no caer y lastimarla. Se apretó contra mí una vez que llegamos a la cama.

Ella se durmió encima de mí. Su cabeza descansaba bajo mi cuello, todo su cuerpo estaba sobre mi pecho, nuestras piernas entrelazadas al igual que nuestras manos.

—No vayas a cambiarme por un millonario de esos que apuestan en esas carreras— bromee. Llegamos al aeropuerto luego de un largo camino. Ella estaba parada frente a mí, tomándose un café que le llevé.

—Podríamos hacer un buen uso de ese dinero—

—Oye... — fingí indignarme —Estás casada, déjame recordártelo— tomé la mano que tenía el anillo y lo giré en su dedo.

Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora