CAPITULO 32

146 16 21
                                    


Laura

Amaba cada parte de él, desde su brusquedad, sus malas caras hasta la forma en la que me hacía sentir. Desde el primer día en Miami sabía que iba a ser difícil de llevar, pero no sabía que iba a terminar entre sus brazos, dejándome llenar por el placer, por el calor de sus manos y de sus besos.

Me volví a sentir completa cuando estaba con él; y lo necesitaba tanto después de lo que Carlos me había dicho.

Nunca lo habíamos hecho en un auto, y mucho menos en el estacionamiento de la oficina. Y no de la forma en la que se le pedí. La primera vez me sorprendí por la manera, pero después le agarre el gusto a ello, y esto era una de las veces en las que lo pedía.

Complací su gusto, sabía que él lo estaba haciendo conmigo, y no se me hacía justo que yo no lo hiciera. Además, me encantaba ver el cambio tan radical en sus ojos.

Esos ojos marrones tan expresivos. El fuego en sus pupilas cuando tenía el control y cuando sabía que le daba el permiso de hacer conmigo lo que quisiese, cambiaba a sus ojos de cachorros, sus pupilas dilatadas cuando me miraba al final, preguntándome si me encontraba bien. 

No sabía cómo reaccionaban los míos, pero esperaba que de la misma manera. Porque cuando estaba con él, todo a nuestro alrededor parecía desaparecer.

No escuche la alarma, lo que me despertó fueron las caricias delicadas en mi espalda. El roce de sus dedos contra mi piel. Su otro brazo seguía sirviéndome de almohada.

Bese su antebrazo y entrelace mi mano con la suya. El hizo lo mismo y se acercó a mi cuerpo, volviendo a pegar nuestras pieles. —¿Qué hacías?— pregunte somnolienta.

—Viendo cuanto había memorizado de tu piel— beso mi cuello —Y al parecer creo que si lo hice... tienes muchos lunares en tu espalda— seguía besando, haciéndome cosquillas con su vello facial.

—Son 15— respondí girándome, para verlo a los ojos.

—Son 17 colibrí— sonreí acariciando su rostro que estaba muy cerca del mío.

Me beso un par de veces y después dejo un beso en mi frente, rozando con sus labios la punta de mi nariz.

—Debes rasurarte— mencione después de un momento de silencio que no era para nada incomodo.

—¿No te gusta mi barba?— paso su mano por su rostro, tratando de peinar su bigote que sobresalía sobre la pequeña barba que le había crecido.

—Dirás los 3 pelos que te salen— me burle tapando mi rostro con mis manos.

—Oye— se subió por completo en mí, picando mis costillas, provocándome cosquillas que hicieron descubrir mi rostro.

—Si no quieres— acaricie su barbilla —Solo déjame recortártela un poco— no dejaba de mirarme —El bigote, aunque sea—

—Hazme lo que quieras nena— bajo a besarme el cuello acariciando por debajo de las sábanas mi cuerpo desnudo. Sentí como poco a poco se endurecía.

—¿Es referente a todo?— pregunte sabiendo lo que se venía en seguida.

—Lo que quieras— no deje que bajara más, con impulso lo recosté sobre la cama y fui yo quien bajo hasta tenerlo en mi boca. —Dios...— jadeó cuando pase mis labios por la punta de su miembro.

*~~~~~~~~~~~~*

Dos meses se pasaron tan rápido que apenas y note que el tiempo corría.

Después de nuestra conversación, Oliver recibió mi respuesta y obviamente accedí a seguir trabajando para él, aunque puse nuevas condiciones con respecto al pago, cosa que el aceptó. Las visitas con el eran recurrentes, pero siempre procuraba llegar al hotel, para estar con Javier y quitarme todo mi miedo.

Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora