CAPITULO 41

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Javier

No podía creerlo, que el maldito destino me estuviera haciendo esto. Hace unos malditos segundos la estaba besando, la había recuperado cuando pensé que no a iba a volverla a ver; y ahora la tengo en mis brazos desmayada.

El pánico se apodero de mi cuerpo, perdí un poco la fuerza haciendo que ambos quedamos en el suelo, pero no la solté. No sabía que hacer más que gritar por ayuda.

—¡¡Llamen una maldita ambulancia!!— grite casi desgarrándome la garganta —Acabas de jurar que te vas a quedar conmigo— susurre abrazándola contra mi cuerpo —Cúmplelo preciosa, por favor— acaricie su cabello.

Murphy y Carlos llegaron a donde yo estaba. Ambos la miraron preocupados, vi como Steve tomaba su celular y llamaba a la ambulancia.

Carlos solo se le quedo viendo con lágrimas en los ojos. No me interesaba que quería hacer él. Hasta que vi como movió su mano hasta tomar la de ella. —Tiene pulso, solo esta inconsciente—

Eso no era motivo para que me aliviara. —Abre los ojos colibrí— le quite el cabello que tenía cubriéndole el rostro —Vamos, déjame ver esos hermosos ojos—

Minutos después llegaron los paramédicos al mismo tiempo en el que Jack iba entrando al edificio. Se sorprendió al igual que todos de que Laura estuviera viva, me bombardeó de preguntas sobre cómo era que estaba ella ahí. No tenía ni una de las respuestas que requería, y aunque las supiera no se las iba a dar, no era el momento. Lo único que quería era estar con ella, no separarme nunca más del amor de mi vida.

—Llévensela, y que la revisen bien— dijo Jack debajo de la ambulancia.

—Una persona nos tiene que acompañar— menciono uno de los paramédicos, no respondí y me subí a la ambulancia junto a ellos.

En todo el camino llevó una mascarilla de oxígeno, no había cobrado la conciencia, pero no solté su mano por nada del mundo; era como si la tuviera esposada con la de ella, ligeros espasmos hacían que apretara su agarre.

Al llegar al hospital no me dejaron pasar con ella. Me sentía inútil al no poder hacer nada por ella. Después de 30 minutos, el doctor salió por la puerta de emergencias, donde la habían ingresado.

—Despertó— suspire de alivió —Ella está fuera de peligro, lo que sufrió fue una leve descompensación. Es normal en muchos casos, no sabemos con exactitud qué fue lo que ocurrió en esos dos días, pero... vamos a seguir haciéndole pruebas— comentó, eso me dejo más tranquilo, no tenía nada grave.

—¿Puedo pasar a verla?— pregunte, me urgía estar ahí con ella.

—Por supuesto, sígame— llegamos a la puerta de su cuarto y ahí estaba la mujer más hermosa del mundo. Y su sonrisa ilumino por completo la habitación.

Entre y lo primero que hice fue abrazarla.

—No vuelvas a asustarme así— tome su rostro entre mis manos —¿No te quedó claro que si tú no estás conmigo mi mundo no vale nada?—

—Estoy bien Javi... solo fue un desmayo— acercó su frente a la mía —Te prometí que no iba a volver a dejarte, y pienso cumplirlo, mientras tu hagas lo mismo—

—Tenlo por seguro colibrí. Todos estos días pensé en ti, tu sonrisa se me venía a la mente, tu aroma, tu piel, tus labios, tus ojos. No podía sacarte de mi cabeza— llevó sus manos a mi mejilla, limpiando la lagrima que corría por ella y que apenas me había percatado de ella.

—Tu fuiste mi razón para mantenerme en pie, solo quería regresar contigo. Estar así, no en un hospital— bromeó logrando sacarme una risa —Pero contigo, tomar tu mano— entrelazó nuestros dedos —Besarte, estar entre tus brazos. Volver a estar contigo— beso tiernamente mi nariz.

Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora