Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)

CAPITULO 35

Laura

Llegamos a la oficina, todo estaba hecho un desastre; personas caminando de un lado a otro. Llamadas por doquier, era obvio que no era una operación que se podía tomar a la ligera, no cuando podríamos acabar con esto de una vez por todas. Y hacer caer a Silent Shadows después de años.

Jack llamó a Javier para que se reuniera con el equipo y les diera sus indicaciones y que se prepararan. Le mande un mensaje a Oliver diciéndole que mandara a sus hombre a las 8.

Lewis llegó ese mismo día, y vio lo nerviosa que estaba. A ella si le comenté sobre el mal presentimiento que tenía, pero al igual que yo hice con Javier, intento tranquilízame, cosa que no funciono del todo.

Las horas pasaban, yo tenía que pasar al departamento, arreglare adecuadamente y llegar al hotel así que antes de que Javier me llevara al hotel pase por la oficina de Carlos para recoger los dispositivos que tendría que llevar conmigo, sobre todo el micrófono.

—¿Puedo pasar?— al igual que toda la oficina, estaba hecha un desastre, vasos de café sobre la mesa; y Dupont en su lugar grabando y escuchando lo que pasaba en la mansión.

—Adelante— respondió Carlos poniéndose de pie.

—¿Algún cambio?— pregunte a Dupont.

—Ninguno, al parecer era cierto, si van a tener una cena ahí esta noche. Ya llegó lo más importante, el trago— me miró de reojo, yo asentí agradeciendo.

—¿Ya te vas?— preguntó Carlos acercándose con algo en la mano, yo asentí. —Este es el micrófono, tiene que ir dentro de la ropa que vayas a ocupar. Es más grande que los demás porque ahora si vas a estar comunicada— me mostró una caja con un pequeño y delgado cable que conectaba con una especie de botón.

Lo tomé y lo revise, siempre me sorprendía la habilidad que tenía de hacer cosas grandes, tan pequeñas e imperceptibles.

—Y este es tu audífono— era una cosa más pequeña, tenía algunos adhesivos que permitían que se quedara dentro de la oreja y que no se viera —No tiene cables, está conectada directamente al transmisor del micrófono, no creo que tengas problemas, dejan de funcionar si tiran muy fuerte de él— también lo tomé y lo guarde en el sobre que siempre llevaba para transportar los dispositivos.

—Gracias—

—Escucha... siento lo que sucedió, no quería hacerlo para provocarte un mal. Actúe conforme mi corazón me dijo. Espero que todo salga bien— sonreí y me acerque para abrazarlo, no quería que pasara algo sin arreglar las cosas que la persona que estuvo conmigo tanto tiempo.

—Todo va a salir bien— volví a repetirlo.

Veía en sus ojos el nerviosismo y el miedo que tenía de que algo llegara a pasar. Al igual que yo; no podía culparlo, sabía lo que sentía por mí. Y creo que si amas a una persona siempre quieres que este bien.

—Ya vi que... Javier y tu están juntos— comentó al separarnos —Se ven muy bien, espero que seas muy feliz con él— asentí y apreté su brazo.

—¿Lista?— la voz de Javier irrumpió la sala, lo mire y asentí; el me devolvió el gestó y salió para esperarme.

—Nos vemos cuando todo esto acabe— sonreí

—Guárdame una copa—

Salí de la oficina y me encontré con Javier que miraba el suelo, ya estaba arreglado con todo su equipo; chaleco antibalas, y sus porta armas en la parte del abdomen.

No entendía porque con todo se veía tan hermoso ese hombre. Los pantalones de mezclilla negros y la camisa amarilla arremangada sobre los antebrazos hacían que la combinación se viera increíble.