CAPITULO 21

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Javier

Murphy se fue a Estados Unidos una vez que el asunto de Escobar estuvo cerrado por completo. Me pidió que tratara de arreglar las cosas, que intentara reparar lo que hice.

Estaba de acuerdo que él no quería hacer nada, porque de una u otra forma él se mantuvo en su postura en la que no estaba de acuerdo con que se hicieran las cosas así en la rueda de prensa. Tampoco le eche culpa de más; sabía perfectamente como se manejaba la DEA y de los trucos sucios que hacen para salirse con la suya.

Total, yo pertenecía ahí y los había hecho en algún momento de mi vida.

Y esta vez entendí lo que los demás sienten; tenía sentimientos encontrados, si en un principio me sentía culpable por lo que hice, ahora sentía que merecía todo lo malo que pudiera venir para mí.

Estuve semanas intentando encontrar la manera de que la DEA diera la cara de lo que había sucedido. Los amenace con que si no quitaban el nombre de esa mujer de la investigación y ponían a la mujer que realmente aportó, iba a desenmascararlos por mi parte.

Pero como era de esperarse, me regresaron la amenaza, diciendo que si lo llegaba a hacer me iban a quitar todos los beneficios que como agente de la DEA tenía. Y los nuevos que conseguí por lo de Escobar. Y esos los necesitaba más que nunca.

Después de algunas semanas, dos meses exactamente, buscando ayuda con figuras importantes de la DEA, encontré a una que logró hacerlo. Tuve que meter a Murphy también en este asunto, y eso aceleró más el proceso. El término por aceptar también las consecuencias. Las cosas se acaloraron, no tanto públicamente, pero los registros tenían el nombre real de Laura. La mujer clave que ayudo a acabar con Escobar; y a la que tenía que buscar para explicarle todo.

No sé en qué momento la mujer a la que se le había dado el crédito de Laura creía que tenía derecho sobre mí. Mi reputación que forma en Colombia no iba a ser fácil de borrar, pero solo una mujer hizo que cambiara y que no volviera a esos métodos.

—¿Por qué lo hiciste?— le pregunte molesto —¿Por qué hiciste parecer que éramos algo frente a las cámaras?

La conversación se había salido de control, hasta que por fin rompió su papel que mis superiores le pidieron mantener. Todo esto ya parecía una obra de teatro.

—Acaba de entrar a trabajar y solo hice lo que me dijeron—

—Ni siquiera te llamas Sarah Jones ¿cierto?— ella negó —O sea que le dieron el crédito a una mujer que ni siquiera saben si realmente existe— me hable a mí mismo.

—Yo solo seguí ordenes—

Me fui de ahí sin decir nada, tenía un objetivo en la mente y no me iba a cansar hasta conseguirlo.

Tomé el primer avión a Colombia, tenía que buscarla. Moría de ganas de verla, sabía que no iba a ser fácil por todo lo que hice, por todo lo que seguramente le hice pasar; pero tenía que buscar la manera en que me escuchara. No era tarde todavía, o eso pensé.

Llegué a las oficinas de la DEA, pedí información de ella, pero nadie me daba razón; solo la que antiguamente era mi asistente me dijo que se la encontró 2 días después de que me fuera y que preguntó por mí.

—Esa mujer ya no va a regresar Javier— se concentró en arreglar sus papeles del escritorio.

—¿Cómo lo sabes? No la conoces—

—Lo mismo que ella dijo— se burló —Quizás y si me equivoque al decirle que tu no cambiabas Peña, o no—

—¿Qué le dijiste?—

Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora