Extra (CAPÍTULO 10)

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Laura

2005

Todavía recuerdo cuando Romina se peleaba por dormir con nosotros, y ahora lo hace el pequeño Mateo. Mi niña siempre buscaba a su papá y mi niño lo hace conmigo. La única diferencia es que no duerme las horas igual que ella.

Se despierta muy temprano, incluso a veces más pronto que mi suegro. Casi siempre me despierto por las pláticas que tiene con su oso de peluche, del cual no hay día que esté lejos. Y muchas otras, porque Javier le pide que deje de picarle la espalda. 

—Mateo...— la voz adormilada de mi esposo logró despertarme —Campeón, por favor. Deja de picarme la espalda y duerme otro rato— 

—Uno, doh, tre, cico...— su vocecita se escuchaba pausada.

Se enamoró tanto de un programa de televisión, con el que practican los números, y aunque no los dice bien todavía, se pone a contar todo lo que ve.

Incluyendo los lunares que Javier tiene en la espalda. Y muchas otras veces, me toca a mí.

—Hola, mami— me sonrió luego de que despertara por tratar de aguantar la risa de las quejas nulas de Javier. Él, a pesar de no demostrar paciencia con los demás, la tiene y hasta de sobra para sus hijos.

—Hola, mi niño— se acercó a mí. —¿Ya felicitaste a papá?— pregunté sentándome en la cama, eso llamó la atención de Javier, quien se giró para poder verme. Sus ojos estaban entrecerrados, tratando de acoplarse a la luz del sol.

—¿Por qué?— ambos preguntaron a la vez.

—Son iguales, no lo puedo creer— le dije el motivo al oído a Mateo, el abrió mucho los ojos sorprendido, se alejó de mí y en cuestión de segundos, termino encima de Javier, intentando abrazarlo por el pecho.

—Feliz cumpleaños, papi— ambos rieron, mi esposo le correspondió al abrazo luego de entender las palabras de nuestro hijo.

A los pocos minutos, Romina entró casi arrastrando los pies y luego de darme un beso en la mejilla, se acostó en medio de nosotros, claro que en dirección de su papá.

—Te gane— le gritó Mateo a su hermana

—¿Ganar de qué?—

—Yo felicite a papá primero—

—Eso no se vale, porque tú duermes todos los días aquí— se excusó ella.

—Buenos días—murmuró Javier dando por terminada su discusión —Es muy temprano para que empiecen a pelear—

—No estamos peleando— defendió Romy

—Aja si— dijo con sarcasmo mi esposo. Sacandole una sonrisa a la niña.

—Feliz cumpleaños, papi— lo abrazó. Javier, se veía tan tierno lleno de amor y debajo de sus dos hijos.

—Gracias, mariposa—

Era la primera vez que él aceptaba que se le hiciera un festejo. Puso la condición de que no fuera tan grande y que solo personas cercanas a él. Si no hubiera sido por mi intervención, esto se hubiera quedado en su papá, sus hijos y yo.

Pero lo convencí de invitar a Murphy, Connie y su hija. Iban a estar cerca de Laredo por un tiempo. No quería saber de nadie más de la DEA así que lo dejamos en solo nosotros.

Solo una comida familiar, luego un par de tragos, las despedidas y por fin nosotros dos solos. Así fue como él lo planeó cuando le propuse el festejo.

Under Fire ---- Javier Peña // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora