Cap 11.1: Una de las dos debe morir

187 56 47
                                    

—Por favor, no lo hagas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Por favor, no lo hagas. No puedes ser tan cruel... —Ruega la monja sin apartar la vista de sobre mi elegante figura.

—No me retes. —Le hago saber y dejo caer una de las estructuras que levanté, para que entienda que no es una broma.

No puedo evitar sentir euforia, amo ese rostro de desesperación que presenta. Me excita demasiado ver a alguien que carga ideales tan puros, sumida en la desesperación. La risa se escapa de mis labios, sin embargo, aún no tengo idea de cómo deshacerme de ella.

—La única solución para que devuelva las casas a su lugar sin más muertos es que decidas suicidarte —le expongo sin dejar cabida a la duda.

—Es imposible... —Me responde ella y saca una daga de su manto negro—: para ello mis votos deben ser rotos y debo cortar mi cabello.

Con el filo del arma se corta su larga cabellera negra sin dudarlo ni un segundo, dejándola por la altura del cuello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con el filo del arma se corta su larga cabellera negra sin dudarlo ni un segundo, dejándola por la altura del cuello.

—Pero no puedo fallarle a Dios, no sé cómo hacerlo —me responde la monja mientras disfruto sus ojos desesperados.

Entonces es una carrera contra cuanto puedo resistir. Sin embargo, no puedo confiar en Lewis ahora mismo.

Una bala sale justo en ese momento hacia el suelo, haciendo que algo estalle a unos cinco metros de mí. Mi mirada va al francotirador un momento y fue obra suya.

La monja también mira la explosión, pero por algún motivo no parece asociarlo a que sea contra ella. Si es indestructible, entonces estas no pueden hacerle daño. Quizás conmigo, pero tampoco me harían algo porque sería capaz de redireccionarlas.

La primera bala yo no era capaz de detectarla por la bendición y ser el primer ataque. Debió acertar en mi pecho o cabeza si realmente quería hacer un daño, mi cuello no tiene sentido. Si fue capaz de dar en esa pequeña área... el primer disparo falló intencionalmente.

Lewis, ¿estás tratando de hacerle creer a esa mujer que estás ayudándola? ¿Qué quieres hacer que ella piense? Oh, su mirada anterior, ¡estás tratando de enamorarla!

Estallo en risas mientras mantengo los edificios en lo alto, realmente no es algo que me desgaste mientras no reciba heridas letales.

Mi pequeña rata ha usado mi vieja estrategia hacia el anterior cura, ahora con ella. Qué desgracia que sea un humano, quizás hubiese estado orgullosa de ti. Pero, ¿qué haría que alguien perdiese la luz de la fe y rompa sus votos si no fuese el amor?

La Maldición de los Roosevelt [#2🌹] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora