Cap28: El esposo

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Cada segundo, cada minuto que pasa es estresante

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Cada segundo, cada minuto que pasa es estresante. Odio los asuntos del Reino, aunque a la vez sé que debo ocuparme de ellos. Quizás debí simplemente alejar a Victoria de todos en lugar de adentrarme en su mundo.

Marcus me mira mientras trabajo, no logro comprender por qué lo hace con tanta intensidad y a veces deja escapar suspiros de tristeza.

¿Quizás fuimos amigos? Realmente no comprendo del todo la vida del viejo Frederick, pero he suplido su papel lo mejor que puedo.

Hace ya dos años desde que estoy aquí y aún no consigo un avance más allá con ella. ¿Por qué? Si lo he dado todo, todo.

—Señor, ¿está bien? —Sus palabras salen con preocupación haciendo que mis ojos vayan a la pluma en mis manos.

Sí, estoy bien, o quizás no...

¿Por qué no he podido lograr que las cosas avancen?

Sí, debí llevármela...

Si le dejé ser y correr, nunca le prohibía nada e incluso dejé que sola se desengañara de su hermano, ¿por qué aún no viene a mí?

—Me encuentro en perfecto estado, Marcus —respondo con una ligera sonrisa.

Otra vez, otra vez esa mirada suya de preocupación. Marcus, ¿qué estoy haciendo mal?

Su mirada se instaura en la raíz de mis cabellos, ese qué se está volviendo rojo.

—Debería descansar por hoy, ¿quiere... que le prepare un paseo con la reina Victoria? —Responde él, esforzándose, se evidencia en su rostro.

Dejo todo sobre la mesa cerrando los documentos importantes. No sé prácticamente nada de lo que debo hacer y tuve que aprender solo a prueba y error. Sé que el duque Roosevelt quería que fallase, que fuese un desastre y eventualmente acabará con mi vida.

Pero lo valía... ¡Lo di todo por ella y aún no me presta atención!

—Será lo mejor, me preocupa el hecho de que estuvo desaparecida. ¿Siguen en búsqueda de los causantes? —Le comento.

—Quién sea que haya sido, lo hizo demasiado bien —responde Marcus.

Me levanto de mi asiento, molesto, realmente molesto, ¿llevarse a Victoria? Ella podría deshacerse de cualquiera que se atreviese y de quienes no, no se atreverían a tocar a una Roosevelt...

Debió ser Lewis. Siempre Lewis... ¿Si te di todo lo que querías de él, por qué?

Mi secretario y yo salimos de la habitación para terminar de concretar varias audiencias sobre pedidos del pueblo. Siempre mantuve un rostro sereno y de atención. Me importan, trato de hacerlo lo mejor que puedo porque este es mi nación.

No quiero que mueran por mi causa, no quiero que salgan mal las cosas. Controlar lo sobrenatural para que no se aproveche de estos pequeños humanos es algo que admiro de los Roosevelt, mas, no comparto su método.

La Maldición de los Roosevelt [#2🌹] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora