Cuando Bralen se marcha, veo como mi sombra se mueve y unos ojos se abren en rojo en ella.
—Te encontré —susurra la sombra antes de desaparecer, Gen.
Yo dejo los planos en la mesa, tengo todo memorizado, lo que hago es empezar a correr hacia el castillo central. Evito los cruces de los guardias y donde frecuentan. Nadie en su sano juicio se acercaría.
Avanzo, avanzo hacia la entrada, donde veo a dos guardias custodiar la enorme puerta. En esta van pasando a las personas que ingresan a Barlow, aquellas que no saben por qué llegaron a este sitio distorsionado. Quizás dentro de las jaulas del castillo tengan a los del circo, aunque realmente espero que no, puede que los hayan derivado a otro sitio.
Me dejo descubrir junto a los nuevos ingresados. Piensan que intenté fugarme, así que me devuelven a la formación entrante. En esta somos llevados a una sala donde nos separan por peso mayormente. Un hombre forcejea y es asesinado al intentar escapar viendo que nos esposan.
Un niño se esconde detrás de mí, no le hablo ni algo por el estilo, simplemente es apartado de mí y llevado donde los de su peso.
Dalila aparece para revisar a las nuevas víctimas cuerdas de la ciudad, quizás alguna sea útil para sus juegos. Sus ojos se posan en mi cabello blanco, aquel que le recuerda a su viejo juguete que escapó, el pequeño Bralen.
Se acerca hacia mí, pero se detiene al darse cuenta de que no es la misma persona.
—Podría ser divertido, además es hermoso —dice mirando mi atuendo, rostro y tomando mi mentón para evaluarme.
No presento resistencia... Solo serán unos minutos.
—¿Se lo separo para usted, señorita? —Plantea uno de los guardias, sus ropas ni siquiera se ven como algo metálico, diría más bien que solo es alguien que logró el cargo y tiene habilidades pero no el porte.
—Sí, báñalo y ponle los atuendos del anterior —dice Dalila con una radiante sonrisa.
Sus cabellos son negros como la noche, sus facciones son largas, pero más que de alguien hermoso, diría que da esa impresión de tener algo de inteligencia. Es estúpido definir a alguien por su rostro, pero también es inevitable juzgar.
Soy llevado a un cuarto aparte, donde mi ropa se destina a ser retirada, pero consigo rodear al guardia y hacer una llave en su cuello con mis manos atadas, golpeo su rodilla desde detrás para que caiga y al hacerlo fracturo su columna.
Su regeneración será prácticamente instantánea y me podrá perseguir, así que huyo lo más rápido que pueda, solo debo hacer el tiempo suficiente para que llegue...
Mientras avanzo, siento que mis pasos dejan de moverse, mi cuerpo también y soy suspendido en el aire de cabeza.
—¿A dónde vas? —Dice uno de los hermanos de la familia, no son los que mencioné a Bralen, es otro de los seis miembros.
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La Maldición de los Roosevelt [#2🌹]
Vampir🦋Segunda parte de los Roosevelt🌹 Esta historia comienza luego de que Lewis dejó al descubierto el mayor secreto de los Roosevelt. Hizo un pacto con el demonio Mammón, el demonio de la avaricia, pero... ¿cuál? Continúa a los dieciocho años de los...