Cap 20: Camino de espinas

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Charlotte va cargándome por las calles corriendo hacia la posada, pero despierto en el proceso para hacer que se detenga

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Charlotte va cargándome por las calles corriendo hacia la posada, pero despierto en el proceso para hacer que se detenga.

—¡Joven amo! —Dice ella y me abraza con fuerza.

—¿Qué sucedió? —Le pregunto apoyando mis pies en el suelo

—Su boca... Sus ojos... Oídos... Todo, todo empezó a sangrar. Me asusté demasiado —dice ella sin bajar la presión, siento que me crujen los huesos de la columna.

Solo en ese momento me suelta.

¿Lo hizo el demonio? ¿Por qué? No entiendo qué sucedió... Tal vez...

Las palabras del conde, ningún humano puede soportar tantos demonios, uno solamente ya es un problema. Es posible que mis días estén contados...

—Estoy bien, no pasa nada. Vayamos a almorzar antes de volver. Puede que disfrutes las comidas de Barlow —le digo a Charlotte para seguir.

Tomo su mano para avanzar, ella lo duda y siento la mirada de preocupación caer sobre mí, pero dime, ¿Charlotte, qué debo hacer? Son los precios de mis acciones.

Por lo menos logró hacer que se relaje un poco, pasamos varias horas juntos, no, juntas. Esta pequeña que podría eliminarme con solo respirar es como mi primera hija.

Cuando me doy cuenta, inconscientemente estoy acariciando sus cabellos mientras ella compra un collar negro con forma de lámpara que contiene una gema de fantasía en el centro. Debe haber reunido del salario que les empecé a pagar.

Ella se voltea hacia mí y su rostro demuestra grandes nervios, estos aumentan cuando sus manos se estiran para hacerme entrega del collar.

No lo rechazo, lo acepto, pero mi cuello no puede llevarlo, así que pido al joyero que lo convierta en un arete, uno que comienzo a llevar desde terminada su confección.

Cuando llego a mi habitación están Bralen y Helios, junto a una mujer con un saco en la cabeza

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Cuando llego a mi habitación están Bralen y Helios, junto a una mujer con un saco en la cabeza.

Bralen intenta estar recto mientras me espera, pero con el pie contrario se rasca la pantorrilla y se mueve como por aburrimiento. Helios debe estarlo obligando a mantenerse en esa posición.

La Maldición de los Roosevelt [#2🌹] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora