Cap26: La maldición

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Me quedo en silencio con Lewis en el suelo unos segundos

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Me quedo en silencio con Lewis en el suelo unos segundos. Los animales dejan de ser atacados, pero las personas vienen a investigar que sucede, por lo que me veo obligada a salir con él de ahí.

Simplemente, caminamos al frente, sin un destino en específico. Nos adentramos en campos de cultivo y demás, hasta que nos dejo caer cerca de unas plantaciones de trigo.

—No te muevas, descansa —le susurro mientras termino por rechistar.

Quiero odiarle, quiero golpear su rostro y su cuerpo, desgraciadamente, no soy capaz. Solo le mantengo en mis brazos una vez descansamos en el suelo.

—No me gusta que me veas con esos ojos de lástima —me responde Lewis reincorporándose a mi lado.

—¿Cómo demonios quieres que te mire? —Le respondo como reproche—: Más luego de decirme que estás enfermo.

—Los humanos enfermamos, es natural, Victoria —me comenta, pero siento que no es sincero, lo puedo ver en su vacío ojo...

¿Por qué el otro está cerrado?

—¿Qué te pasó? —Le cuestiono forzando a qué abra el ojo, topándome con la capa blanca como una quemadura.

—Daños colaterales de mi castigo —me indica—: no es importante.

Sus palabras hacen que abofetee su rostro llena de ira. Ni siquiera sé bien por qué, es como si fuese la respuesta a sus palabras... Esas que me irritan, "no es importante".

—Ni a ti mismo te quieres... —Susurro respirando profundamente.

Intento cubrirme con las plantas dado que el Sol me hace quemaduras leves en la piel, se sanan, aunque no deja de ser incómodo. Pero siento como un manto es puesto sobre mi cabello, se quitó su chaqueta para dármela.

Acomodo esta con las manos y él me mira a los ojos. ¿Qué estás pensando, maldito manipulador?

—Se van a asustar en el castillo cuando vean que no estás —responde él mirando hacia el cielo—: dirás que te secuestraron y lograste huir, eso da igual, lo dejo en tus manos.

—¿No podías enviar una carta o cualquier cosa? —Le respondo.

—No ibas a creerla, posiblemente la lanzases a la basura —me responde.

—Ciertamente, lo hubiese hecho. No quiero nada tuyo, no quiero tener que sentirme dependiente de ti, nunca más —le hago saber mientras cubro mi cuerpo con su chaqueta.

Al darme cuenta de esto, la lanzo al frente para cubrir mi cabeza con la primera capa de mi vestido.

Lewis me observa para negar sin palabras.

—Hay cosas que no cambian. Necesito que me escuches, Victoria —me responde—: El poder de Oliver puede asesinarte solo de él desearlo.

—Yo lo sé... Pero él no lo hará —le indico.

La Maldición de los Roosevelt [#2🌹] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora