Cap18: Un sueño

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Camino junto a mi sirviente observando los puestos de actos y ventas de comida que posee el circo en sus inmediaciones

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Camino junto a mi sirviente observando los puestos de actos y ventas de comida que posee el circo en sus inmediaciones. Todo es tan alegre y vivo, al punto de que las personas parecen que hacen una pausa de su realidad para disfrutar y sonreír aquí, incluso se burlan de los deformes llegando a la conclusión de que siempre alguien puede estar peor.

 Todo es tan alegre y vivo, al punto de que las personas parecen que hacen una pausa de su realidad para disfrutar y sonreír aquí, incluso se burlan de los deformes llegando a la conclusión de que siempre alguien puede estar peor

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Pasamos por el lado de un vendedor de manzanas llenas de una capa de caramelos y Helios va a por una para dármela. Lo dudo, pero acepto y seguimos nuestros pasos hasta que llegamos a un estanque donde las personas lanzan a alguien una pelota y si dan en el blanco, un hombre sentado cae a un estanque de agua al liberar las cuerdas.

—Pensar que es una muestra de poder y acto para tomar control —le comento a Helios viendo como el bufón insulta a los clientes para que lo ataquen.

—Se me hace entretenido de ver, ¿Quiere participar? —Me cuestiona Helios.

Hace años no lo hago, en el pueblo donde vivía antes, cuando era Daniela, a veces venía el circo. Recuerdo que le tenía miedo a los payasos y globos. Qué pequeño se me hace ello al lado de esta nueva realidad, creo que mis temores han cambiado, ahora mis principales miedos son...

—La locura y la soledad —susurra el viento en mi oído, la voz de uno de esos demonios.

—No voy a perder mi tiempo en ello —le respondo a Helios, pero este se va de mi lado hacia el evento.

Le observo y evitando llamarlo en voz alta, termino por acercarme a él. Me pregunto si alguna vez ha sentido que tiene el control de todo, incluso desde su nivel es de las personas más observadoras que conozco, quizás pueda, pero es difícil por su posición.

Veo como el payaso le grita cosas relacionadas con la impotencia e insultos comunes. Esto es algo planeado para que no sientan lástima y encima se cubra de victoria la simple acción de derrumbarlo.

Mi sirviente no demora... ¿Sería justo seguirle diciendo "sirviente"? Helios no falla ningún tiro y logra derribar al hombre. Por su logro le regalan una muñeca de trapo bastante simple y se nota que fue hecha a mano.

Él se acerca a mí y me la entrega mirando a mis ojos, me da ese premio tan escueto y para niños.

—Ya no juego con muñecas, ni de trapo, ni humanas. —Las primeras nunca las toqué.

La Maldición de los Roosevelt [#2🌹] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora