𝓘𝓷𝓽𝓻𝓸𝓭𝓾𝓬𝓽𝓲𝓸𝓷

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Me tomó 720 horas enviarle un mensaje a Matthew Healy para discutir sobre su proyecto y tomó otras 48 recibir una respuesta.

Matthew: Tenía el presentimiento
de que sabría de ti muy pronto.
Lamento la demora, ha habido un
caos en el estudio porque no
sabíamos si íbamos a contar contigo
(fui el único que apostó a que sí,
por cierto). Cómo sea, te dejo el
número de George, él puede estar
más al pendiente que yo.

Matthew: Bienvenida

Matthew me caía muy bien en mensajes, hasta era amable y todo, pero me preguntaba si estaría dispuesto a escuchar mis condiciones y aceptarlas con esa misma amabilidad, si yo valdría tanto la pena.

Trabajaba en las oficinas de una ONG que defendía los derechos de las infancias y las mujeres. Amaba mi trabajo, algún día quería construir algo igual, pero quizás en otro lugar.

Me tomó mucho tiempo tener una respuesta concreta, porque solicité unas vacaciones en la oficina, mismas que había estado reservando para viajar y ahora no tendría vacaciones en lo que restaba del año. Además, habían sido semanas cargadas de trabajo entrenando a la pasante para suplirme temporalmente.

¿Por qué todo esto me había parecido buena idea? La verdad era que no lo sabía.

Llamé a George hasta que me pareció una hora adecuada para hacerlo, es decir, no podía ser ni muy tarde ni muy temprano. Él tomó mi llamada en seguida.

— ¡Maddy! — Había mucho ruido a su alrededor. — ¿Qué tal? Justo acabo de colgarle a Matty, estamos muy emocionados de que le hayas escrito.

— Hola, George. — Le respondí. — Sí, tal y como le dije a él, me gustaría que tuviéramos una reunión para discutir algunas cosas y escuchar también sus términos, por su puesto.

— Seguro, ¿estás en casa o sigues en el trabajo?

— Estoy en casa, ya te contaré sobre eso cuando te vea.

— Bien, ¿Entonces puedes verme en unos cuarenta minutos? Estoy en ... Bueno, es una de las tantas cafeterías en Wall Street, no sé muy bien dónde estoy. — Rió ligeramente.

— Si quieres puedes compartirme tu ubicación y llego allá en el tiempo que dijiste.

— Descuida, enviaré al chófer por ti.

— De acuerdo, nos vemos entonces.

Me hice ver lo más decente posible para una aparente reunión de negocios en menos tiempo del que lo había hecho jamás. George me envió los datos del auto que iba a pasar por mí, así que bajé varios minutos antes para esperarlo sentada en los escalones de la entrada de mi edificio. El tráfico era el usual, así que tardamos alrededor de 30 minutos en llegar.

Craig, el chófer, abrió amablemente mi puerta y me cedió el paso frente a él para que me encontrara con George, quien estaba devorando un clubhouse sándwich en una cafetería elegante con enormes ventanas que daban directo hacia la calle.

— Siéntate, por favor. — En cuanto entré me tendió la mano frente a él, cubriéndose su boca llena. — ¿Cómo estás?

— Gracias. Me encuentro muy bien. — Me senté donde me había indicado. — Algo nerviosa, de hecho, pero bien.

Se apresuró a masticar y tragar para seguir hablando. — Lo siento, llevo todo el día dando vueltas en TOOOODO el Distrito Financiero, quería esperarte para almorzar, pero estaba hambriento.

— Descuida, me alegra que ya estés un poco más relajado, comiendo.

— ¿Quieres algo?

— Oh, no, no, no, muchas gracias, estoy bien.

Halley's Comet // Matthew HealyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora