𝓢𝓸𝓶𝓮 𝔀𝓲𝓷𝓮

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El tiempo siguió su curso y más de un mes se esfumó rápidamente. Mi rutina era básicamente la misma todos los días: despertar, tomar un baño, desayunar, ver a Craig en la entrada, ver a Matthew cada vez que se abría el ascensor, ensayar, practicar, ensamblar la canción, comer sushi o alguna comida rápida, ver a Matty tomar vino mientras yo bebía agua mineral, olvidar el beso, pretender que ese beso jamás pasó, sentirme tensa cada vez que Matty se acercaba a escucharme, disociar para no sentirme tensa, seguir cantando, cenar cereal o pan tostado, irme a casa, dormir.

Mientras más avanzaba el tiempo, menos vívida seguía la sensación de los labios de Matty sobre los míos; sabía que había sido un impulso del momento, pero algunas veces no podía dejar de pensar en lo que hubiera pasado si yo hubiera reaccionado en lugar de quedarme paralizada.

En un jueves normal llegué unos minutos tarde, pero afortunadamente tenía un par de semanas con las llaves del departamento. Matty ya estaba tocando el piano cuando las puertas del ascensor se abrieron en su piso como de costumbre. Por alguna extraña razón se percibía una atmósfera triste en la melodía que él tocaba, pero no quise preguntar, simplemente emití un sonido para aclarar mi garganta, haciéndole saber que estaba ahí.

- Madd, te juro que no escuché el timbre del ascensor. - Dijo él poniéndose de pie bruscamente, golpeando el piano con su cuerpo.

- Descuida, tiene menos de diez segundos que llegué. - Avancé naturalmente hacia él.

- ¿Lista para la lección de hoy? - Rápidamente puso su mejor sonrisa y apuntó con sus manos hacia mi asiento habitual.

- En realidad me preguntaba cuándo iremos al estudio, nos queda poco tiempo y no quisiera que tuviéramos prisa o entorpecer cualquiera de sus planes.

- No te preocupes por eso, iremos la próxima semana.

- De acuerdo... - Me senté detrás de él sin poder evitar darme cuenta de su semblante tan diferente. Tenía ganas de preguntarle qué ocurría, pero era prácticamente una desconocida y aunque él lograra contarme algo, ¿qué se suponía que podría hacer yo?

Ensayamos varias veces la canción que Matty terminó de componer de último momento y estaba prácticamente lista. Con las lecciones que él me daba, me sentía mucho más confiada de lo que hacía musicalmente hablando. Matty encendió su décimo cigarrillo en tan sólo un par de horas, lo que era alarmante, incluso para él, así que me armé de valor para averiguar por qué diablos se comportaba de esa manera.

- ¿Te sientes bien? - Pregunté dejando de tocar por completo mientras él estaba apoyado en el piano junto a mí.

- Yo diría que sí, ¿por qué?

- Estás actuando bastante extraño.

- Creía que habías dicho que yo era bastante extraño.

- Y lo eres, pero hoy lo eres aún más.

- Creo que simplemente no estoy de buen humor.

- ¿Quieres que paremos aquí nuestra lección?

- Sería muy buena idea de hecho, perdona por hacerte venir hasta aquí.

- Descuida, no todos los días pueden ser buenos. - Me puse de pie, tomé mi abrigo, mi bolso y caminé en dirección al ascensor, pero en ese momento Matty me detuvo.

- Espera... - Dijo él y yo giré en dirección suya para mirarlo. - No te vayas.

- Creía que no estabas de buen humor para esto.

- Y no lo estoy, genuinamente, pero, ¿querrías quedarte un rato y tomarte una copa de vino?

Yo lo miraba de frente a unos cuantos metros separada de él. - Ya te dije que no bebo.

Halley's Comet // Matthew HealyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora