𝒩𝑜 𝓈𝑒𝓃𝓈𝑒

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Estábamos en Houston, el show había terminado ya. Matty me besó apenas llegamos al hotel y nos escabullimos de todos para irnos a la habitación. Teníamos una botella de champagne y un par de copas para beber hasta ponernos creativos.

No fue difícil que termináramos sobre la cama mientras me besaba con ternura. No fue difícil tampoco que comenzara a desnudarme con delicadeza, haciendo que mi piel respondiera ante esas descargas de electricidad a lo largo de mi espina dorsal.

Estábamos uno junto al otro, besé su frente y después deslicé mis labios hasta su cuello y hacia la parte trasera de sus orejas. Lo escuché gemir, yo sabía lo que le gustaba.

Besé su pecho y su abdomen que se levantaba abruptamente por el contacto, como espasmos que no se detenían. Sentía sus manos metiéndose entre mi cabello, levanté la cabeza para mirarlo a los ojos y él tenía una expresión seria con la respiración entrecortada.

Me recosté suavemente a la altura de su rostro para besarlo, y sus manos comenzaron a recorrer mi espalda y cintura desnuda.

- Eres preciosa, Maddison Sinn. - Despejó el cabello de mi frente. Yo le sonreí mordiéndome el labio.

Seguido de ello volvió a besarme, pero esta vez abriendo su boca lentamente para dejarme sentir su lengua entrelazarse con la mía. Me dio la vuelta en un movimiento, y así recostado sobre mí comenzó a acariciar mi cuerpo entero. Sentí sus manos sobre mis hombros, mi cintura, mi cadera y mis piernas. Sentí sus labios sobre los míos, sobre mis mejillas y mi cuello, y sinceramente, no sabía quién de los dos era más feliz.

Nos sentamos brevemente sobre la cama para que yo pudiera desabotonar su camisa. Tomé su rostro y acaricié su mejilla con mi dedo pulgar. Matty seguía sonriendo, sus ojos se hicieron más pequeños, igual que siempre. Se quitó a tientas los pantalones y me miró a los ojos mientras terminaba de deslizar su ropa interior con ayuda de sus piernas; reímos mucho cuando su bóxer se quedó atorado a la altura de sus tobillos y Matty cayó sobre mí chocando su cabeza contra la mía. Pensé entonces que más allá de que él me hubiera visto desnuda más veces en este año y medio que cualquier otra persona en toda mi vida, esta era la verdadera intimidad: estar con alguien con quien pudiera reír durante el sexo y que, aunque me sintiera completamente ridícula, no me sintiera tonta; reír me resultaba hermoso, sobre todo siendo como yo, siendo alguien que ya no reía mucho.

Amaba todo lo que pasaba con Matty durante el sexo y lo que pasaba después de él, porque también solía ser alguien a quien le era difícil confiar, pero Matty me hacía sentir tan a salvo, que me quedaba dormida entre sus brazos apenas terminábamos.

Apagó la luz de la lámpara junto a mi cabeza, su rostro apenas era visible para mí, pero alcanzaba a percibir sus ojos y los mechones rizados de cabello cayendo sobre su frente. Me miró cuando se introdujo en mí, apoyó la palma de su mano sobre el respaldo de la cama, cerró los ojos y resopló antes de volver a abrirlos.

- Date la vuelta. - Bufó con firmeza en mi oído luego de unos minutos y eso fue lo que hice. Sus labios recorrieron mi espalda antes de que volviera a invadir mi cuerpo con su miembro y gemí su nombre en voz alta en cuanto pude sentirlo. - Me encanta cuando mi nombre sale de tu preciosa boca. - Dijo, y después mordió el lóbulo de mi oreja, haciendo que me derritiera de placer.

Embistió varias veces hacia mi interior mientras sostenía fuertemente mi cadera y mis glúteos se impactaban contra su pelvis. Lo miré de reojo mientras él levantaba en el aire una de sus manos. - ¿Puedo? - Me preguntó y yo asentí. Seguido de ello soltó una palmada sobre mi nalga, haciéndome gemir. - No sabes lo deliciosa que te ves desde aquí. - Apenas si pudo completar la frase antes de tomar mi cabello y tirar de él suavemente hacia atrás mientras seguía embistiendo.

Halley's Comet // Matthew HealyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora