Ya lo supongo

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Ya espero las pesadillas porque me he acostumbrado a vivir en ellas.

Espero que vengan hacia mi y la tristeza me carcoma, volverme una flor marchita, esas que pisan en el suelo.

Es que ya lo supongo, ¿cómo te explico?

He esperado suspiro por suspiro que el momento pase, la paz llegue y entonces otro momento cruel me vuelva a devorar.

Respiro por respirar, como si a veces no lo deseara.

Porque cuando empecé a sonreír con sinceridad a nadie le gustó.

Porque cuando empecé a sentirme bien todos me veían mal.

Porque cuando sentí que me cuidaban el corazón decidieron que ese otro no era el correcto.

Pase lo que pase ya lo supongo.

Ya espero el desastre, así que me arriesgo una y otra vez, lloriqueando
de todos modos para que algo malo no suceda.

Miro al cielo y ruego, porque de verdad lo quiero pero me he vuelto incapaz de decidir que está bien o mal.

Porque se ha vuelto difícil cuando todos te dicen constantemente que hacer fingiendo que no lo hacen.

Susurros.

Los murmullos se han vuelto gritos y aquellas voces escandalosas han dejado de hablarme realmente.

Ellos ya no deben preocuparse por cuanto influyen sus voces en mi.

Pues sus voces se han clavado con tanta profundidad en mi pared, corazón, hechas tornillos, miradas.

Las tonalidades de maldad y prejuicio están en mi mente como un disco rayado que no deja de sonar una y otra vez.

Ya lo supongo.

Me he vuelto una lluvia incapaz de saber en qué momento saldrá el sol.

Lo curioso es que es mi vida, tal vez la juventud que me contagia de confusiones y dolores que parecen eternos.

Cuando sonrío, lo hago con miedo, porque no sé en qué momento me empezarán a gritar.

Alardes que presumen mis malas acciones mientras me siento incapaz, inútil en recordar para qué soy buena.

Mi amor, no te quedes, no me hagas feliz porque soy un vidrio roto.

No te quedes porque ya lo supongo, ellos lanzarán piedras y yo no soy libre de escapar de las cadenas para protegerte.

Salgo a lugares una y otra vez, eso digo cuando realmente quisiera poder salir sola, correr sin parar hacia un abismo en el que solo yo me encuentre.

Ya lo supongo, ya supongo que no sucederá.

He pasado noches llorando, implorando, ya no sé si creer en Dios, no sé si eso hará que me sienta mejor, más libre de culpas.

¿Quién me habrá hecho sentir culpa realmente?

Ya lo supongo.

Abrazame, arréglame, asfixia mi ser escúchame llorar, me he vuelto inmune a aquello sabiendo que era mi lugar más seguro.

Nos descubrirán, ya lo supongo.

¿Pero qué más da?

Me he sentido presa volando, me he sentido presa oculta y me he sentido presa en la mitad.

Finge que me amas, no importa, sé que no lo haces.

Tómame, déjame caer y vuélveme a tomar, no importa.

Ya supongo la caída.

No sientas lastima por mi.

Pues yo no puedo atarte a mi corazón encadenado.

Sé que no soy la dueña de tu corazón.

Sé que extrañas a alguien mucho más y yo ya he dejado de extrañar a quien solía querer.

No digas que nada pasará, si pasará, pues yo ya lo supongo.

Tal vez no estoy condenada, pero entre lágrimas así me he sentido y quién quiera negar esa verdad es porque jamás ha visto desde mis ojos.

Dame razones suficientes para vivir meses, me encargaré de buscar otras, siempre lo hago.

Tal vez de aquí en adelante nada ocurra, el cielo no truene y el suelo no se quiebre.

Pero es que ya lo supongo, vivo atada a un poste, aferrada, lista para cuando todo caiga, porque ya me he acostumbrado a la incertidumbre de la tormenta.

Mi amor.

No intentes cambiarlo, lo enfrentaré, porque ya lo supongo.

Me he vuelto una coleccionista de detalles y momentos que guardo en un cajón.

Me he vuelto un candado y hace mucho que no le entrego la llave a nadie.

He vuelto y me he ido, no tomes mi mano, porque me iré.

Lejos, me iré.

Aún no sé si así será siempre.

Pero.

Ya lo supongo.

-Rouse.

LAS CARTAS DE AMOR QUE NUNCA SE ENVIARONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora