Sam
La familia de Stella no era una familia habitual, me había dado cuenta apenas me encontré con cada uno de ellos. Seguramente creeran que soy hábil para hablar con la gente, pero en realidad en todo un desafío para mí.
Todo fue suerte.
Cuando hable por primera vez con Liam, el hermano de Stella, supuse que era el típico hermanito amargado, pero no esperaba que fuera un genio. No crean que estoy exagerando, era un genio. En la media hora que habíamos pasado en el auto me había hablado de temas tan profundos que hasta yo me quedé sin palabras más de una vez, pero esto no le desagradaba. Trataba de contestarle siempre que podía y eso le caía bien, se veía que no tenía mucha gente con quién hablar de sus ocurrencias.
Me di cuenta que era amante de arte sobre todas las cosas. Le gustaba observar las pinturas, analizarlas, etc. No me sorprendería que también pintara cuando estaba solo.
La madre de Stella, Katty, era un amor. Me había saludado amablemente apenas me vio y mientras la ayudaba a llevar unas cosas al maletero ella me hablaba como si fuera alguien más de la familia. Intente no ser tan tímido con ella, pero fallé varias veces. Hubo veces que dije cosas muy estúpidas, pero ella solo se reía. Creo que le caí bien.
Su esposo, el padre de Stella, era un caso aparte. Desde que me vio optó con mantener el papel de padre sobreprotector, dando la sensación que en cualquier momento sacaría una escopeta y te dispararía. Me intrigaba el hecho de que no me hablara más, pero no iba a cantar victoria, no por ahora.
Estábamos de camino a la boda de la prima de Stella y en el fondo me sentía nervioso. No solo porque iba en un auto, sin oportunidad de escapar, junto a la familia de la chica que me gustaba; sino que también en media hora iba a conocer al resto de la familia de Stella.
Esto se va a poner serio.
Stella estaba a mi lado, se había quedado dormida en su asiento. La miré de reojo, tratando de no verla tan descaradamente. Llevaba un vestido azul que realsaba las curvas que no sabía que tenía; su cadera, sus piernas, todo se veía bien, estupendo mejor dicho. Nunca la había visto con trenza, pero no le quedaba mal, aunque me gustaba más ver su cabello suelto.
Estaba hermosa, quedé hipnotizado con su belleza. No podía parar de mirarla. Cuando la había visto en la puerta de su casa tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no quedarme como estúpido. Llevaba un mes conociéndola y me afectaba del mismo modo, que locura.
—Y dime Sam, ¿Cómo conociste a nuestra hija? —Preguntó la señora Parker.
Con la voz de su madre Stella salió de su sueño. Parpadeó varias veces y se frotó los ojos, después me miró sonriendo débilmente.
—Nos conocimos en el campus. Yo estudio en la universidad que está al lado de su academia. —Contesté.
—Si, eso nos había dicho Stella, pero la pregunta es cómo. Me gustan esas historias.
—Pues...fue pura casualidad. —Empecé a contar— Yo estaba yendo a clases y ella me tropezó porque estaba corriendo en el pasillo.
—¿Y que hacías en la universidad? —Preguntó el señor Parker. Por un momento creí que me estaba preguntando a mi, pero al seguir su mirada pude saber que le hablaba a su hija.
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Eres la Estrella de mi Universo
Teen FictionSam es un estudiante de administración, siempre puntual, responsable, bien peinado y vestido elegante. Bueno, lo que él llamaba elegante. Era el típico ratón de biblioteca. Solo tenía pensado terminar su carrera y seguir con el camino que le había p...