Gracias por escuchar
...Stella
Seis meses después de...pues...todo lo que había sucedido, todo volvió a su ritmo normal. Bueno, si a mi vida se le puede llamar normal. Sin Snake en el camino, Los Mortifagos siguieron ocultos entre las sombras. No había visto a Curtis de nuevo...esperaba que estuviera bien.
A pesar de que la policía interrogó a todos los presentes aquel día, no lograron llegar a ningún lado. Mi padre había declarado que habían hecho el intercambio pero Snake se puso hostil contra mi y la policía tuvo que intervenir. Un disparo en la frente fue la que necesitó para matarlo.
De alguna manera que aún desconozco, nadie supo que fue Curtis quien jaló el gatillo o que Samir estuvo presente. Es preocupante que tan fácil pueden ocultar algo tan grande con mentiras; pero está vez supongo que fue necesario para proteger algunos nombres.
Me habían dado de alta del hospital un mes después de mi llegada, y me estaba yendo muy bien. Tenía que comer equilibradamente porque ahora solo tenía un riñón, pero por lo demás podía hacer todas las cosas que hacía antes.
Iba a la casa de Steve para tocar con los muchachos, ya no me preocupaba encontrar una nota en la puerta o recibir un mensaje atemorizante. Ya toda la pesadilla había acabado, había terminado para nosotros.
Obviamente, en seis meses las cosas no cambian mucho. Steve había conseguido trabajo, y le iba muy bien como bartender, especialmente por su picardía la cual atraía a los clientes (especialmente el público femenino, claro está). A veces íbamos a su bar a beber, y tengo que admitir que mi amigo sabía preparar tragos.
Sabrina aún estudiaba en la universidad, pero le iba demasiado bien. Cómo siempre, la mejor de la clase, destacada en todas sus materias y alabada por su profesores. Me sentía muy orgullosa. Empezó a salir con Marco, el bartender que nos atendía en el bar que tocabamos, y la verdad hacían linda pareja. A veces notaba que Steve se ponía celoso cuando los dos se abrazaban frente a nosotros, pero no quise intervenir en sus problemas amorosos.
Aún.
Sobre Victor, pues no he sabido mucho de él desde hace tres meses. Había regresado a Rusia para estar con su esposa e hija, pero no nos había dicho nada más. Solamente se fue, despidiéndose a lo lejos. No lo culpaba, tampoco me sentía bien por su partida. Solamente esperaba que estuviera bien, sabiendo su historia.
Su puesto en la banda fue complicado de cubrir, pero mi primo Harry tomó el lugar gustoso. Tardó en adaptarse con los muchachos, pero al final la banda fue lo que fue en el principio: Un montón de jóvenes que no se atreven a tocar en público.
Que gran estima les tienes.
Si, mucha.
La familia Heist empezó a unirse más. Cuando iba de visita podía ver qué el señor Heist muchas veces estaba en casa y siempre estaba hablando con su esposa, la cual desbordaba de alegría. Era hermoso verlos juntos porque quitando al tirano que alguna vez fue el padre de Sam, quitando toda esa cubierta podrida, se encontraba un buen hombre.
La relación de Sam y su padre también había mejorado. Aún no se abrazaban y daban vueltas en el aire como en las películas, pero si dejaron de verse con odio, al menos.
Un gran cambio.
Al pasar los meses, me había encontrado con Camila de nuevo. Si, la misma víbora que intento humillarme aquella noche. Estábamos comprando ropa para Sam, y yo le estaba ayudando a escoger. Ella estaba en la misma tienda y vino hacia nosotros; no sé qué pretendía, pero cuando intento hablarnos, Sam solamente tomó la ropa que había escogido y se fue a la caja sin soltarme la mano.
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Eres la Estrella de mi Universo
Novela JuvenilSam es un estudiante de administración, siempre puntual, responsable, bien peinado y vestido elegante. Bueno, lo que él llamaba elegante. Era el típico ratón de biblioteca. Solo tenía pensado terminar su carrera y seguir con el camino que le había p...