Stella
El último retoque de la batería terminó con un estruendoso sonido que provenía del platillo. Solté la guitarra de mis manos confiada de que la correa que la tenía sujetada no la dejaría caer al suelo. Estaba sudando, usualmente los ensayos no eran tan forzosos, pero la canción que habíamos elegido está vez era demaciado movida y tenía mucha guitarra.
Los cuatros nos quedamos en silencio unos quince segundos tomando aliento. Mi mamá decía que tenía que hacer más ejercicio por mi salud, pero tocar una canción rápida con la guitarra era suficiente para mí; de seguro había quemado cuarenta kilos con la última canción.
-Eso estuvo bien- Dijo con una sonrisa Steve, nuestro bajista, con una sonrisa de satisfacción.
-Si...nos salió mejor de lo que esperaba -Dije yo acompañando su sonrisa con la mía.
Miré a mi amigos y estaba igual de sudado que yo. En la mayor parte de los casos el bajo era menos tocado que la guitarra en las canciones, pero como digo, la canción era movida. Su cabello negro se había pegado de su piel lechosa, la cual estaba sonrojada por el esfuerzo y el calor.
-Lo malo es que estamos hechos un desastre- Dijo Sabrina recostandose en su teclado.
-¿Estamos? Si casi no tocaste -Le respondió Steve en tono de burla.
Sabrina no dijo nada, solo le saco el dedo medio muy elegantemente. Nos reímos los cuatro al unisono.
-Bueno, ¿Tocamos otra? -Pregunté al aire esperando alguna afirmativa.
-Por mi bien, nadie me está esperando.- Contestó Steve escogiendo los hombros.
-Lo dirás tú- Dijo Sabrina- Yo tengo que estudiar para un examen.
-Y yo tengo que trabajar- Informó Victor, nuestro baterista, el cual no había hablado hasta el momento.
-Por eso no trabajo ni voy a una de esas universidades. -Dijo Steve como si nuestros amigos estuvieran yendo a una prisión.- Así puedo hacer más de lo que me gusta
-Tú solo eres un flojo. -Dijo Sabrina apuntando con su dedo- Perdona, pero yo no como con puras notas del teclado. Necesito pensar en mi futuro.
-Y yo tengo una familia que mantener. -Afirmo Víctor.
-Eres tú el que vive como vagabundo. -Terminó de decir mi amiga con una sonrisa.
-Lo dijo la hija de abogados. -Dijo Steve.
-Ya basta- Dije interrumpiendo su disputa- Parecen un par de niños. Sabrina tiene razón, ellos tienen cosas que hacer...ya hemos tocado suficiente por hoy.
Sabrina sonrió con triunfo delante de Steve, el cual hizo un puchero en el sofá. Mi amiga y Víctor tomaron sus cosas y subieron las escaleras del sótano. Steve nos quedamos solos en silencio afinando un poco nuestros instrumentos.
El sótano en dónde tocabamos quedaba justo abajo de la casa de Steve, o mejor dicho, de su padres adoptivos. Nos dejaban tocar allí sin tener que pagar nada, no les molestaba nuestra presencia y hasta nos traían bocadillos de vez en cuando; era agradable venir.
Ninguno de los dos dijimos por un buen rato...pero como siempre Steve rompió el silencio.
-Trajiste la acústica de la academia- Me dijo señalando el forro negro que reposaba en las escaleras- ¿Va todo bien?
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Eres la Estrella de mi Universo
Novela JuvenilSam es un estudiante de administración, siempre puntual, responsable, bien peinado y vestido elegante. Bueno, lo que él llamaba elegante. Era el típico ratón de biblioteca. Solo tenía pensado terminar su carrera y seguir con el camino que le había p...