La lumbrera del cielo empezaba a morir, dejando ver la luz de la Luna que acompañaba a estás dos personas tan diferentes.
La melodía de una guitarra sonaba en la noche, la tonada no era dedicada a nadie, a lo mejor para la luna era, pero los dedos de esa estrella pasaban por las cuerdas del instrumento con armonía, sin errores, sin desafinadas, haciendo sentir la melodía maravillosa en el aire, como una nube de humo que no se desvanece.
La melodía no llegaba a los oídos de una roca, la cual era moldeada por labradores que deseaban una estatua. Está roca jamás pensó en ser otra cosa, no había escuchado la melodía que le proporcionaba la estrella.
Los labradores siempre le decían: «solo eres esto, solo eres aquello», pero por dentro, la roca solo sentía dureza y vacío, una roca hueca, sin libertad para sentir, sin libertad para desear o soñar. Sus sueños también eran moldeados, con el fin de que la estatua quedara perfecta.
La estrella conoció a la roca y le enseño su melodía. La roca se conmovió, y todo lo que habían tallado antes se desvaneció. Sus áreas duras se cayeron al piso y como si hubiese sido movida por un terremoto, se hizo pedazos.
Al principio la estrella se sintió culpable, pero después se dió cuenta que la piedra no había muerto, solo había abandonado la coraza que le habían propinado. Ya no era roca, sino que había dejado ver la gema que tenía por dentro. Una gema que nadie quiso ver o aprovechar. Esa gema que brillaba como el sol.
La estrella tocó su melodía, y la gema la ayudo a cantar, brillando tanto como su amiga, como un lucero incrutado en la tierra.
Al final no eran distintas, sino que brillaban de diferente forma. Una estaba en el cielo, oculta por mantos de oscuridad, pero se esforzaba por brillar, de tocar su melodía. La otra, vista por todos, pero con miedo de mostrar su verdadero brillo.
El destino a veces no nos une para que estemos juntos por siempre, sino para que cada uno muestre su verdadero ser y podamos vivir siendo nosotros, sin labradores o mantos oscuros, solo estrellas y piedras preciosas.
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Eres la Estrella de mi Universo
Novela JuvenilSam es un estudiante de administración, siempre puntual, responsable, bien peinado y vestido elegante. Bueno, lo que él llamaba elegante. Era el típico ratón de biblioteca. Solo tenía pensado terminar su carrera y seguir con el camino que le había p...