Eres la Estrella de mi Universo

Cap. 22

Sam

El momento por fin había pasado. En mis labios aún quedaba el sabor a fresa que me dejó el labial de los suyos, y se había vuelto mi sabor favorito. Los dos bailabamos lentamente, aunque la canción era de un ritmo normal. Nuestros cuerpos estaban juntos y sentíamos la respiración del otro. No podía dejar de mirarla y la sonrisa que tenía, no menguaba.

Lo había hecho. La había besado y ella también quería.

Este muchacho me llena de orgullo.

Creo que era el hombre más feliz del planeta en esos minutos en que no nos soltabamos. Sus manos en mi cuello, las mías en su cintura. Ella sonreía, sus dientes blancos estaban un poco manchados con labial, pero de igual forma se veía radiante.

No pude dejar de mirarla.

El momento era perfecto.

Y digo era, porque algo nos interrumpió abruptamente.

Si algo nos interrumpiera hubiera esperado que fuera Steve o Sabrina, o algún borracho que nos tropezar, pero lo que hizo que todo se volviera un caos es la fiesta fue un fuerte sonido que venía del exterior.

Un disparo.

El fuerte «bang» de la pistola resonó y el chico de la música bajó el volumen al mínimo. Solo hubo silencio, nadie se movió. Pero a este disparo le siguió otro, y otro más.

Empezaron los gritos. Tanto las mujeres como los hombres entraron en pánico. Empezaron a ir corriendo hacia la salida y nos empezaron a empujar para abrirse paso. Quise seguir sus pasos, pero Stella no se movía.

No entendí por qué no se movía hasta que ví su rostro. El hermoso rostro que tanto quería solo reflejaba una cosa: Terror.

-Stella, tenemos que salir de aquí- Le dije tomandola de la mano, pero ella se resistió.

-Tienes que irte, Sam. Ponte a salvo.

-¿A salvó? ¿De que estás hablando, Stella?

-Solo vete, después te explico.

Parecía demaciado urgida de que me fuera, pero la verdad me parecía una locura. ¿Que carajos estaba pensando? ¡Habían disparado desde afuera! Teníamos que ponernos a salvo, ¿y ella quería quedarse? No me parece lógico.

-Vete Sam, antes de que...-Volvio a repetir, pero no la deje terminar.

-No pienso irme a ningún lado sin ti.

Era estúpido, lo sé. Era justamente lo que decían los chicos de las películas antes de ser asesinados, pero no podía dejarla allí, sola. Ni tenía ni la menor idea de quién había disparado afuera, o por qué ella quería que me fuera, pero no iba a permitir que eso me acobardara.

¿No tienes miedo entonces?

Ah no, estoy cagado de miedo. Pero por Stella me lo aguanto.

Ella iba a replicar, pero después oímos unas voces a lo lejos. Estaban entrando a la casa.

-Busquen por toda la casa, el jefe no quiere que volvamos con las manos vacías.