Sam
Estoy acostado en mi cama con la cabeza a punto de explotar. Los pensamientos me turban y la verdad no sé cómo proseguir ahora.
Lo que había pasado en ese balcón no lo había podido planear ni en mil años, tampoco hubiera esperado que el momento se volviera tan intenso de un segundo a otro. No esperaba tener el valor para decirle todas esas cosas, para estar tan cerca de ella, para no desmayarme cuando paso sus manos en mi cabello. No esperaba que ella se acercara a mi tanto, tampoco sentir su aliento tan próximo a mi rostro.
La hubiera besado. Soy un cobarde, pero en ese momento tenía el valor para hacerlo. Cuando Liam nos interrumpió quise hablar con ella, decirle, pero solo se fue.
Después de que ella entrara todo de volvió súper incómodo. Cuando estábamos juntos no nos mirábamos y no hablamos en el trayecto a casa. La señora Parker me sacó conversación y yo lo agradeci, necesitaba distraer mi mente. Pero Stella no dijo palabra alguna, solo se quedó allí viendo por la ventana hasta que llegamos a su casa. El señor Parker me llevó a mi residencia y nos despedimos con un apretón de manos.
Le había escrito todo el día de ayer. Me había dejado en gris casi todo el día, pero cuando desperté tenia un mensaje de ella deseándo las buenas noches. No me pareció suficiente. Quería está con ella, decirle que no se alejara, ¿Se había asustado? No pretendia incomodarla, pero en serio ese momento no fue planeado, solo pasó. Y ahora sentía un arrepentimiento genuino.
¿Volvería a ver a esa chica alegre que tocaba la guitarra? ¿La cual me cantó con los ojos cerrado en el parque? ¿La que fue rodeada de luciérnagas? ¿La que por alguna razón me puso ese apodo? No significaba nada, pero deseaba volver a escuchar ese «Principito» que me decía solo cuando estábamos solos. Solo me lo había dicho dos o tres veces, pero me gustaba cuando lo decía. ¿Por qué me ilusiono? A lo mejor solo había bebido, a lo mejor se arrepintió.
No te tortures así.
No es tortura, es la realidad. ¿En qué mundo estaba viviendo? Stella no se fijaría en mi. Lo que pasó en ese balcón solo fue un roce, fue movida por el momento y el lugar. No estaba completamente conciente; si lo hubiera estado solo me hubiera sonreído y seguiríamos hablando.
Recordé lo que había dicho en la boda, cuando hablaba del amor. ¿No creía en él? ¿En serio no tenía esperanzas en conseguir a alguien que la quisiera? Ojalá no me hubiera quedado en silencio viendo cómo se iba, ojalá la hubiera tomado de la mano y dicho que si había alguien que la quería, que yo era ese alguien.
El amor a primera vista me parecía uns estupidez, pero ahora no estaba muy seguro de mi opinión. ¿Con que otra palabra podía describir lo que sentía por ella? Lo triste es que sabía que ese amor no tenía fundamentos, ni llegada, solo inicio, y esa clase de amor es de los peores.
Intente dormir, que el sueño despejara mi mente, pero también se fue imposible. Al cerrar mis ojos veía su cara, sus labios, su sonrisa y su cabello movido por la brisa de la playa. Me la imaginaba viéndome, riendo, diciendo un chiste pésimo o siendo tan curiosa como el primer día.
Ahora que lo pienso, ¿por qué tanta curiosidad desde el principio? ¿por qué le llamé la atención? ¿Por qué me había querido conocer? ¿Quien era yo para ella? Era un amigo, me repetí, pero aún así no lo creí. No podía creerlo. Es que solo ese momento en el que nuestro labios casi se tocaron había cambiado todo el panorama. Los amigos no se besan así como así, no con esa intensidad. Había sentido como temblaba al acercarse, también como ardía delante de mi. Esas sensaciones no provienen de alguien que quiere amistad, o al menos, no concientemente.
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Eres la Estrella de mi Universo
Teen FictionSam es un estudiante de administración, siempre puntual, responsable, bien peinado y vestido elegante. Bueno, lo que él llamaba elegante. Era el típico ratón de biblioteca. Solo tenía pensado terminar su carrera y seguir con el camino que le había p...