Narrador Omnisciente
Al llegar a la boda, la familia Parker había dejado atrás esa tensión tan horrible que había llenado su auto. Después de que Sam confesara su vida diaria ante Michael, él consideró que darle una oportunidad al muchacho era lo más sensato (pero lo estaría vigilando, eso sí).
El lugar en donde Betty (la prima de Stella) se iba a casar, no podía ser más romántico. Una boda en la playa, ¿que más podía pedir? Todo estaba exquisitamente decorado, cada detalle, cada color, cada tela, cada pequeño florero había sido planeado con detenimiento por la novia. Era el sueño de Betty, y se cumplió.
Los Parker bajaron del auto con emoción. Katty (la madre de Stella) estaba maravillada con la decoración y arrastraba a su esposo por el brazo hacia el interior del lugar, mientras que Liam los seguía con cara de aburrimiento, algo muy propio de él.
Los últimos en bajarse fueron Stella y Sam, los cuales se quedaron parados a un lado del auto.
—Esto está bonito— Dijo Sam contemplando el lugar. No era la primera boda a la que asistía, pero si la primera vez que iba a una así.
—¿Cómo lo hiciste?— Preguntó Stella ignorando la observación del chico.
—¿Cómo hice qué?
—Encantar a mi familia— Stella lo decia como si fuera algo muy obvio.
—No hice nada.
—Claro que lo hiciste. Te metiste a mi familia en un bolsillo como nadie lo ha hecho hasta ahora. Dime tu secreto.
Sam se rió sutilmente dejando ver sus dientes blancos, algo que distrajo a Stella por pequeños minutos.
—No hice nada, Stella. Creo que solo fue suerte.
—¿Suerte? Suerte es que no te caiga un coco en el coco.
—¿Cómo?
—Pero eso no fue suerte. La forma en que te ganaste a mi familia fue increíble. Liam te sonrió, ¡él no le sonríe a nadie, ni siquiera a mi! El mocoso es un amargado y tú lo haces sonreír en...¿cuánto? ¿cinco minutos?
—Liam no es tan malo— Dijo Sam dando su punto de vista— Solo no tiene muchas personas con quién hablar. Supongo que solo le di la atención que quería.
—¿Ahora eres psicólogo?
—No, solo digo lo que noté.
—Bueno. Pero no solo fue Liam, también encantaste a mi madre.
—Tu madre solo fue amable.
—Bueno si, ella no es tan difícil de ganar. Tendrías que ser un patán para que no le agradaras. Pero lo que me dejó loca fue como hiciste con mi papá.
—La verdad es que ahí si tuve suerte. No esperaba que reaccionara tan bien.
—Pero lo hizo.— Dijo Stella con cara de estupefacción— No sé cómo lo hiciste, pero sigue haciéndolo.
Stella sonrió y Sam también. Esos momentos en que ellos dos intercambiaban sonrisas era algo mágico, porque no eran sonrisas falsas ni hipócritas, eran genuinas, y eso les daban valor.
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Eres la Estrella de mi Universo
Novela JuvenilSam es un estudiante de administración, siempre puntual, responsable, bien peinado y vestido elegante. Bueno, lo que él llamaba elegante. Era el típico ratón de biblioteca. Solo tenía pensado terminar su carrera y seguir con el camino que le había p...