Estábamos en su habitación. Ella probándose la ropa que se había comprado la semana pasada y yo dándole la misma opinión que le había dado anteriormente, en la tienda.
Llegó un momento en el que ella se cansó de probarse vestidos y quiso verme de una forma distinta.
Fue así como me vi por segunda vez con el vestido que me había comprado puesto.
Aunque ahora lo acompañaban: un eyeliner negro muy bien hecho, una sombra de ojos marrón, unos labios rojos y unas ondas en el pelo.
—No sé, Chloe.
—Es que no tienes que saber nada, solo mírate. Estás estupenda —dijo, sonriendo.
La verdad es que me gustaba lo que se reflejaba en el espejo. Era una yo... diferente, atrevida. Una yo que no existía, pues todo en mí eran inseguridades.
De pequeña siempre soñé con ser adolescente. Con vestirme de un estilo como este, maquillarme como lo hacían las mayores, hablar de chicos o chicas... Siempre quise llegar a la adolescencia y, ahora que estaba en ella, me había dado cuenta de que, todo lo que nos cuentan las películas y los libros, no son más mentiras.
Mentiras que mi niña interior algún día se creyó.
Ahora que me veía de esa forma, con un vestido y maquillaje —obra de Chloe—, me sentía rara. Me sentía...
Bien.
Llevé mis manos a mi abdomen para taparlo.
—Estaría mejor si esto no se viera —dije, avergonzada de mi propia figura.
Chloe, que estaba detrás de mí, chasqueó la lengua y me colocó los brazos a ambos lados de mi cuerpo.
—¡Qué va! No digas eso, Aria. Tienes un cuerpo increíble que merece que lo trates como se debe. Se te nota la grasa del estómago, pero, ¿qué más da? Te ves radiante, y eso es lo que importa.
Intenté sonreír, pero no estaba de acuerdo con ella. Mi cuerpo era horrible y ese vestido no me quedaba bien.
—Además —agarró la tela y la llevó hacia abajo, haciendo que el escote en forma de V fuera más pronunciado, —ya te lo dije el otro día: tienes unas buenas tetas. Aprovéchalas.
Me reí, pero después puse una mueca.
—Me gustaba más antes.
Mentira, me gustaba más cómo se me veía el vestido ahora. Simplemente me daba vergüenza admitirlo y salir así a la calle. ¿Qué iban a pensar los demás si me vieran?
Chloe sonrió.
—Bueno, no te juzgo. Cada quién tiene sus gustos.
Apoyó su barbilla en mi hombro izquierdo.
—Siempre quise tener una mejor amiga para poder hacer estas cosas. —Suspiró. —Sé que nos acabamos de conocer, pero... Aria, me alegro mucho de que hubieras chocado con Caleb el primer día.
Fruncí el ceño. Cuando comprendí que el pelirrojo les había contado aquello a Jaden y a Chloe, lo relajé.
No supe qué decir. Sabía que tenía que decir algo; sentía una presión enorme por hacerlo. Pude haberle dicho que yo también me alegraba de haberla conocido —que es lo mismo que me dijo ella, solo que en otras palabras—, pero no sabía si sería una mentira o una verdad.
Durante estos días había estado hablando mucho con Chloe y, en realidad, sentía que ella era lo más cercano a una amiga que jamás podría llegar a tener.
Pero yo no podía tener amigos.
No podía porque todas las personas de mi entorno me acababan fallando. Me traicionaban o se iban de mi vida.
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Aunque no lo pidas (Deseos #1)
Romance«Quiero ser la melodía de las canciones que cantas. Las zonas iluminadas de un retrato en blanco y negro. Quiero que seamos los protagonistas de nuestra propia novela romántica.» Bilogía Deseos COMPLETA Alba Navarro